By Zósimo Camacho @zosimo_contra
Luego
de 7 años de la ejecución extrajudicial del líder triqui Timoteo
Alejandro Ramírez, el crimen permanece impune. Las investigaciones
judiciales nunca avanzaron y nadie ha sido detenido ni juzgado por esos
hechos.
Con
el asesinato del “líder natural”, ocurrido el 20 de mayo de 2010, se
profundizó la agresión armada contra la comunidad de San Juan Copala,
centro político y ceremonial de la cultura triqui baja.
Don Timo,
como le llamaban sus compañeros, estaba al frente de un proyecto
autonómico que conjuntó a los triquis y con los que declaró en 2007 a
San Juan Copala, Oaxaca, como municipio autónomo.
Hablaba
con dificultad el español, pero era un orador en su lengua triqui.
Buscó crear un municipio autónomo, a semejanza de los zapatistas, fuera
de Chiapas.
El éxito del proyecto –que ya contaba con
escuelas, centros de salud y policía comunitaria, entre otras
instituciones autonómicas– no fue perdonado por las organizaciones
tradicionales, principalmente la priísta Unión de Bienestar Social de la
Región Triqui, que iniciaron una agresión armada el 28 de noviembre de
2009 y cuya primera etapa culminó con el asesinato de Timoteo.
El
“líder de líderes” fue asesinado junto con su esposa en su casa, en la
comunidad de Yosoyuxi Copala, el jueves 20 de mayo de 2010. Los
perpetradores se hicieron pasar por vendedores de abarrotes y ejecutaron
a machetazos a la pareja ante la mirada de su hija de 3 años de edad.
Una
vez que Timoteo Alejandro Ramírez fue asesinado, los grupos armados
incrementaron el acoso paramilitar y terminaron ocupando San Juan Copala
el 13 de septiembre de 2010. Las casas terminaron saqueadas e
incendiadas; más de 400 personas fueron desplazadas. Ese día se contaron
tres muertes más a las 40 previas. Hasta la fecha, los grupos armados
ocupan la población.