A la desazón de haber perdido a sus seres queridos deben sumar las trabas del gobierno
Gustavo Castillo García
Periódico La Jornada
Miércoles 15 de mayo de 2013, p. 12
Miércoles 15 de mayo de 2013, p. 12
Hemos encontrado desinterés de los gobiernos, de las procuradurías, con supuestas o reales carencias de recursos humanos o económicos, pero el asunto es que hay quienes tienen años sin conocer el paradero de sus familiares; hay miles de desaparecidos en México y queremos respuestas y que investiguen, afirmaron participantes de la huelga de hambre que ayer cumplió seis días en un campamento instalado frente a la sede de la Procuraduría General de la República (PGR).
“El día 20 de septiembre de 2011 apareció un cuerpo y en Oaxaca me dijeron que era de mi hija. Inicialmente no hubo ningún estudio pericial y cuando lo hicieron otra vez trataron de convencerme que coincidía con mi ADN, pero yo mandé a hacer otras pruebas y resultaron negativas.
“Cuando me acerqué a la PGR, a Rodrigo Archundia, ahora titular de la Seido, ellos me comentaron que si daba a conocer los resultados de las pruebas que pagué, yo podría quedar detenida en ese instante. Por eso tuve que dejarlos a un lado, ya que ellos me decían que el cuerpo me iba a ser entregado herméticamente o cremado para que yo no pudiera volver a hacer otro estudio.
“Hay varias personas que fueron detenidas por otros hechos, pero que estuvieron relacionadas con lo que le ocurrió a mi hija. Me he entrevistado con ellos y me han dicho que efectivamente ellos la secuestraron con la participación de algunas personas de gobierno. Que la torturaron más de ocho días y llegaron a la conclusión de que estaba limpia, que no tenía nada que ver en algún delito.
“Se dieron cuenta de que era inocente pero alguien ordenó matarla. Los detenidos han narrado con lujo de detalles lo que hicieron: se la llevaron amarrada a un lugar que queda a cuatro horas de la capital y la torturaron, que allí, mi hija les suplicó por su vida, pero que finalmente la decapitaron y luego tiraron sus restos a un pozo.
Desde entonces no se ha hecho la diligencia para que los detenidos muestren el lugar donde dicen que sepultaron a mi hija, narró doña Margarita.
Erica Montes de Oca Marín:
Irma Alicia Trejo Trejo: “Estoy aquí porque busco a mi hijo Francisco Albavera Trejo, el cual desapareció el 26 de marzo de 2012 en el Distrito Federal, en la delegación Venustiano Carranza, cuando se dirigía su escuela.
“Sabemos que él no llegó a la escuela porque a uno de sus amigos le enviaron un mensaje diciéndole que tienen a su amigo paquito guardadito y que van a llamar más tarde para que empiecen a cooperar. No hubo ninguna otra llamada, nunca nos han pedido nada.
“El día que él desapareció hicimos una denuncia y nos presentamos a la Fiscalía Antisecuestros. Allí el trato fue muy malo, me dijeron ‘mire señora por lo que yo estoy leyendo en el mensaje esto no es un secuestro, esto no lo envía un secuestrador. esto es un mensaje muy light, ya digamos si se peleó con su hijo, y si usted cree que porque somos antisecuestros vamos a salir a buscarlo corriendo, está equivocada’. Me tomaron una denuncia de hechos y luego de cuatro meses me pasan a Capea. Hubo mensajes en Facebook donde algunos estudiantes de su escuela se refirieron a una desaparición, y nunca han querido revisar esas pistas”.
Atanacio Rodríguez Zampayo: La historia es que estoy buscando a mi hijo Alejandro Rodríguez González, secuestrado por policías municipales de San Luis Potosí, tripulantes de las patrullas 1250 y 1440, esto fue el 19 de julio de 2010.
Estoy buscando a mi sobrino Sergio Eduardo Guillén Montes de Oca. Desapareció el 20 de noviembre de 2011 cuando se dirigía a la colonia Roma, en la ciudad de México, a trabajar a un bar. No hemos sabido nada de él, y ni la procuraduría del Distrito Federal ni la del estado de México han hecho nada. Los primeros meses se aventaban la bolita, porque él vivía en Tultitlán. Hasta ahora que estoy en esta protesta se ha como reactivado el caso.
Irma Alicia Trejo Trejo: “Estoy aquí porque busco a mi hijo Francisco Albavera Trejo, el cual desapareció el 26 de marzo de 2012 en el Distrito Federal, en la delegación Venustiano Carranza, cuando se dirigía su escuela.
“Sabemos que él no llegó a la escuela porque a uno de sus amigos le enviaron un mensaje diciéndole que tienen a su amigo paquito guardadito y que van a llamar más tarde para que empiecen a cooperar. No hubo ninguna otra llamada, nunca nos han pedido nada.
“El día que él desapareció hicimos una denuncia y nos presentamos a la Fiscalía Antisecuestros. Allí el trato fue muy malo, me dijeron ‘mire señora por lo que yo estoy leyendo en el mensaje esto no es un secuestro, esto no lo envía un secuestrador. esto es un mensaje muy light, ya digamos si se peleó con su hijo, y si usted cree que porque somos antisecuestros vamos a salir a buscarlo corriendo, está equivocada’. Me tomaron una denuncia de hechos y luego de cuatro meses me pasan a Capea. Hubo mensajes en Facebook donde algunos estudiantes de su escuela se refirieron a una desaparición, y nunca han querido revisar esas pistas”.
Atanacio Rodríguez Zampayo: La historia es que estoy buscando a mi hijo Alejandro Rodríguez González, secuestrado por policías municipales de San Luis Potosí, tripulantes de las patrullas 1250 y 1440, esto fue el 19 de julio de 2010.
La respuesta de las autoridades es que se comprometieron a buscarlos. La procuraduría estatal llamó a los policías y como ellos declararon que no tuvieron nada que ver los dejaron libres. Eso fue todo lo que hizo durante dos años la procuraduría local. A fuerza de tocar puertas conseguí que la PGR atrajera mi caso, pero no tienen recursos para investigar.
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