21 may 2014

Pobreza endémica y violencia, el panorama actual en México, dijo la CEM ante el Papa


Lamentó la falta de compromiso de laicos y el aumento de una mentalidad abortiva


Carolina Gómez Mena
 Periódico La Jornada
Miércoles 21 de mayo de 2014, p. 6

Ante el papa Francisco, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) lamentó que en México haya una ‘‘extendida y endémica pobreza, se padezca la presencia y actividad del negocio del narcotráfico, que genera muertes violentas y crueles, y que se esté enseñoreando la cultura de la muerte manifestada en una falta de respeto a la sacralidad de la vida’’. A esto se suma la ‘‘ausencia del compromiso de muchos laicos en las realidades temporales’’.

Lo anterior fue expuesto por el cardenal José Francisco Robles Ortega, presidente de la CEM, en el encuentro que tuvo el consejo de presidencia del Episcopado Mexicano con el Papa, con motivo de la visita ad limina que realizan 118 obispos del país al Vaticano.

Robles Ortega subrayó que ‘‘somos un pueblo que, junto con nuestras autoridades civiles, busca darse las estructuras adecuadas para un desarrollo justo y sustentable para todos, pero hay una extendida y endémica pobreza en un gran sector de la población, lo que conlleva ignorancia, enfermedades, abandono del campo y emigración a la ciudad y al vecino país del norte Estados Unidos)’’.

Al hablar de la narcoviolencia apuntó que prevalece un ‘‘grave problema de inseguridad y de delincuencia organizada que origina una profunda división, muchas muertes, daños a la salud física de la juventud y a la salud moral de las familias, así como ruptura del tejido social’’.
También señaló que, no obstante que ‘‘somos un pueblo que ama, celebra y canta a la vida, hay un avance de la mentalidad abortista, la que es impulsada por políticas de agenda que atentan contra nuestra conciencia y contra el santuario de la vida: la familia’’.

Asimismo, existen ‘‘hondas divisiones en algunos sectores de la sociedad provocadas muchas veces por intereses de partidos políticos y grupos de poder que no buscan el bien común, sino su propio beneficio’’.
Abundó que en esas ‘‘oscuras realidades sigue arraigada la cultura de la corrupción, impunidad y la ambición desmedida’’, así como una ‘‘ausencia de la cultura de la legalidad, del compromiso social y de la corresponsabilidad ciudadana’’, a lo que se suma una ‘‘pérdida de la conciencia de la moralidad de los actos y las omisiones, en fin, la realidad del pecado’’.
La CEM aseguró que se ha esforzado por acompañar a las familias y agregó que otros desafíos son los grupos seudoreligiosos y el abandono e indiferencia de muchos católicos.

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