Las investigaciones a un grupo de militares mexicanos por una masacre de 22 presuntos delincuentes en el municipio de Tlatlaya en junio deberían servir para destapar otros hechos violentos ocurridos en esta localidad en el pasado, afirmó el representante en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Javier Hernández Valencia.
“Hay varias cosas graves que han sucedido anteriormente, sobre las cuales no tenemos memoria, ni cómo se aclararon, si es que se aclararon”, afirmó el representante en una entrevista telefónica con la agencia dpa.
El pasado fin de semana Hernández escribió un artículo de prensa en el que recoge una denuncia periodística que asegura que en la localidad de San Pedro Limón, Tlatlaya, fue silenciada una masacre de 23 civiles cometida por un comando armado en un mercado en 2008. “Yo hablaba de un caso de hace seis años, que es algo que llama mucho la atención porque es también en Tlatlaya. Hay que aprovechar esto de ahora, con lo grave que es, para dejar cosas establecidas y no sólo hacer cosas ad hoc.
Empezar por el presente pero tomar nota y responsabilidad de que hay cosas del pasado” sin aclarar, indicó. “Nadie, por lo menos hasta que me permití sugerir que en Tlatlaya han pasado cosas muy graves antes también, nadie parecía haberlo puesto en el debate actual y creo que sería muy interesante saber si (…) es que se aclaró qué pasó antes”, indicó.
Hernández añadió que su oficina “ha recibido graves testimonios de los hechos” ocurridos el 30 de junio, cuando 22 presuntos delincuentes murieron tras un enfrentamiento con militares también en San Pedro Limón. Pero afirmó que no dará detalles sobre estas declaraciones para proteger a las fuentes.
“La información que tenemos a disposición nos obliga a proteger a la fuente”, afirmó.
Este martes la Procuraduría General de México afirmó que por el caso Tlatlaya acusará del delito de homicidio a tres de ocho militares que fueron capturados la semana pasada.
El Ministerio Público dijo que las pruebas que ha recopilado le permiten establecer que los tres militares acusados ingresaron en la bodega de San Pedro Limón en la que se encontraban presuntos delincuentes y empezaron a disparar después de un enfrentamiento.
La versión oficial inicial sobre el incidente -que afirmaba que los 22 delincuentes habían sido abatidos en un intenso operativo en el que se habían rescatado tres secuestradas y un militar había resultado herido-, quedó en entredicho luego de que una testigo afirmó a la prensa local que los uniformados habían ejecutado a las personas luego de que estas se rindieron.
Con “toda la atención y esfuerzos que se hacen en el incidente de Tlatlaya lo que tenemos que buscar es no sólo dar respuesta al incidente del 30 de junio, (sino que) tenemos que poder, ojalá, también producir los cambios institucionales, los enfoques de reacción inmediata, los cursos y protocolos que nos permitan reaccionar así ante nuevos hechos que puedan surgir o hechos que ya sucedieron y que se quedaron archivados”, indicó Hernández.
La presunta masacre de Tlatlaya también generó esta semana una reacción del relator especial de Naciones Unidas sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias, Christof Heyns, quien instó a las autoridades mexicanas a realizar una investigación rápida e independiente del caso.
Heyns pidió asimismo que se garantice la protección de las víctimas sobrevivientes y testigos del hecho.
Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/01-10-2014/1131441
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