Fueron ‘‘omisos’’ ante la agresión a normalistas: familiares
A
más de siete meses y medio de la desaparición de 43 normalistas de
Ayotzinapa, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) no ha
informado sobre el destino de los mandos militares que estuvieron en
Iguala la noche del 26 de septiembre, quienes son acusados por los
padres de las víctimas de haber sido ‘‘omisos’’ y no actuar en defensa
de los estudiantes cuando eran agredidos por policías municipales.
El lunes, el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes
(GIEI), de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), al
rendir su tercer informe sobre el caso Ayotzinapa, señaló que sigue a
la espera de entrevistarse directamente con los soldados del 27
batallón de infantería, y que mientras esto no suceda, no puede
especular sobre el destino de los normalistas.
Responsable jerárquico
El principal responsable jerárquico de los militares en
ese momento, el general Alejandro Saavedra Hernández –quien era
comandante de la 35 zona militar, la cual tiene bajo su mando al 27
batallón de infantería con sede en Iguala–, fue ascendido a
divisionario en noviembre pasado y días después fue nombrado comandante
de la novena región militar con sede en Acapulco.
Sobre el comandante del 27 batallón de infantería, coronel José
Rodríguez Pérez, la Sedena mantiene en reserva si actuó internamente en
contra de ese mando, pese a que el general secretario, Salvador
Cienfuegos Zepeda, reconoció que al momento de la agresión a los
estudiantes el coronel estaba en una fiesta con el presidente municipal
José Luis Abarca y su esposa.
Por
otra parte, la Secretaría de la Defensa tampoco cumplió con el
compromiso asumido por el gobierno mexicano de permitir a los padres de
los 43 estudiantes desaparecidos en Iguala el ingreso a los cuarteles
militares –al menos al de Iguala–, a pesar de que en enero había
anunciado que accedería a esta petición
En reunión con diputados el 30 de octubre pasado, el general
Cienfuegos reveló que si bien el 27 batallón de infantería cuenta con
564 elementos, cinco jefes y 43 oficiales, el día en que desaparecieron
los normalistas sólo había 21 elementos operativos, porque era fin de
semana y la mayoría estaban francos.
Dijo que no tenía conocimiento de las versiones de los padres y
madres sobre que los soldados ‘‘amedrantaron y golpearon’’ a los
jóvenes que habían acudido a un hospital privado para llevar a uno de
sus compañeros heridos y que pidieron infructuosamente ayuda a los
militares.
La dependencia también ha guardado silencio sobre una manta que
apareció colgada el 31 de octubre pasado en una preparatoria de la
Universidad Autónoma de Guerrero (cercana al cuartel de la 35 zona
militar en Chilpancingo), dirigida al presidente Enrique Peña Nieto
–firmada por el grupo delictivo Guerreros unidos–, donde se
acusa al teniente Vicente Barbosa y al capitán Miguel Crespo, ‘‘del 27
batallón de infantería’’, de haber participado en la desaparición de
los estudiantes.
Jesús Aranda
Periódico La Jornada
Miércoles 13 de mayo de 2015, p. 3
No hay comentarios.:
Publicar un comentario