25 abr 2014

En total impunidad, operan redes de trata en el centro de Tijuana

LA OTRA RUTA MIGRATORIA


   A “La Coahuila” llegan mujeres traídas del centro y sur del país
Reportaje - 


Imagen retomada del sitio fronterasurdemexico.com
Por: Lizbeth Ortiz Acevedo, enviada

Cimacnoticias | Tijuana.- 



Redes de trata en esta ciudad de Baja California (BC) “enganchan” a mujeres y niñas provenientes de otros estados del país para llevarlas a la zona conocida como “La Coahuila”, donde la explotación sexual prolifera en decenas de burdeles al amparo de las autoridades.
En entrevista con Cimacnoticias, Dolores París Pombo, profesora investigadora de El Colegio de la Frontera Norte (Colef), dijo que estas mujeres y niñas provienen de comunidades del centro y sur del país y no cuentan con apoyo de sus familias, además de que muchas de ellas fueron violentadas sexualmente en el núcleo familiar, por lo que crecen con poca autoestima y se vuelven blanco fácil del “chantaje emocional de sus explotadores”.
Así que son sus mismos familiares quienes las “enganchan” en sus pueblos, las trasladan pagando los sobornos necesarios para llegar hasta Tijuana, y una vez ahí comienza la explotación sexual.
Según el “Reporte final: Investigando el contexto social de la trata sexual y la vulnerabilidad al VIH a lo largo de la frontera México-EU”, coordinado por Shira Goldenberg, de la Universidad de California en San Diego, y publicado por el Colef, el 80 por ciento de las víctimas de trata sexual son mujeres y cada año 100 mil víctimas llegan del sur y centro de México para ser traficadas en la frontera con fines sexuales.
En el mismo documento se detalla que en EU el 41 por ciento de las mujeres víctimas de trata sexual en 2007 eran de origen latinoamericano. Se advierte que Tijuana es considerado un “destino popular para el turismo sexual infantil”.
En un testimonio, una mujer víctima de trata recuerda que fue violentada sexualmente a los 11 años de edad, lo que le provocó un trauma. Luego fue prostituida a los 13 años.
París Pombo señaló que son pocos los casos de trata de personas con fines de explotación sexual que llegan a los juzgados, y que los únicos que llegan ante un juez son los denunciados entre integrantes de una misma familia, es decir cuando se acusa al tío o al primo, pero las grandes organizaciones trasnacionales que trafican con mujeres y niñas permanecen intocables.
La investigadora alertó que según algunos estudios académicos, en los bares de la “zona roja” de Tijuana ya se ofrecen abiertamente niñas y niños con fines de explotación sexual comercial.
“ASÍ HAN MATADO A MUCHAS”
“La Coahuila” es visitada por algunos de los 19 millones de turistas que llegan cada año a Tijuana. Ubicada en pleno centro de la ciudad, consta de no más de 10 cuadras; tiene un callejón principal con escasos 20 metros que separan una acera de otra y está plagado de bares.
En un recorrido se pudo constatar que la zona opera las 24 horas del día y a simple vista hay mujeres jóvenes en las afueras de estos lugares. Sin embargo, al salir del callejón principal se observan mujeres con rasgos indígenas, morenas, de menor estatura y no se ubican frente a ningún bar, sino que están formadas para luego ser prostituidas en los hoteles cercanos.
Por la calle caminan supuestos vendedores ambulantes que ofrecen
droga a los transeúntes. Uno de ellos, que pidió se resguardara su identidad, dijo que los hombres pagan entre 70 y 80 dólares (entre 900 y poco más de mil pesos mexicanos) para tener relaciones sexuales con las jóvenes.
El sujeto contó que hay “clientes” que llegan a pagar a los bares hasta 150 dólares (cerca de 2 mil pesos mexicanos) para sacar a las mujeres o adolescentes del lugar y llevárselas por algunas horas a otro lado. “Así han matado a muchas”, reconoció.
“La Coahuila” es visitada a diario por “muchos” norteamericanos, pero también por hombres de origen asiático y los oriundos de Tijuana, quienes ya conocen el movimiento en la zona, agregó.
Sobre las niñas y adolescentes en condición de explotación sexual,  el supuesto vendedor ambulante detalló que las de 13 o 14 años están “bien escondidas” en los establecimientos, y los “clientes” pagan hasta el doble de la tarifa.
Esta agencia intentó platicar con alguna de ellas, pero ninguna aceptó ante el temor de alguna represalia por parte de sus explotadores.
Al respecto, la profesora Dolores París Pombo señaló que estas mujeres son chantajeadas de diversas formas para obligarlas a permanecer en el comercio sexual. Por ejemplo si tienen hijos, los proxenetas los mantienen como rehenes.

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