25 ago 2009

Hank y Nava Gomar: la justicia en venta

ÁLVARO DELGADO

MÉXICO, D.F., 24 de agosto (apro).- La justicia en México es un producto: La venden los que la imparten, la compran sólo los que pueden, y el resto que se pudra en la cárcel o que se trague la impotencia.

Con la justicia electoral, en específico, pasa lo mismo y la razón es simple: Los jueces que la comercializan son, a su vez, propiedad de quienes los nombraron, mercaderes de mayor rango.

Esta arraigada convicción social que muestra la degradación de la política en México pocas veces puede probarse, por lo que resulta de la mayor relevancia cuando se documenta, por ejemplo, la transacción entre un magistrado del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) y un político.

Y este es el caso del magistrado Salvador Olimpo Nava Gomar y Jorge Hank Rhon, exalcalde de Tijuana, Baja California, y aspirante a gobernador en las elecciones de 2007, protagonistas de un episodio que debería implicar una amplia discusión nacional y la implantación de ejemplares sanciones.

Tal como se detalla en el reportaje que se publica en la más reciente edición del semanario Proceso, resulta que Nava Gomar se reunió, en secreto, con Hank Rhon el 23 de marzo de 2007, justo cuando estaba en curso el proceso electoral para renovar los poderes en Baja California, entre ellos el Ejecutivo, al que aspiraba el magnate de las apuestas, por la coalición encabezada por el Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Ese encuentro se celebró justo a la hora en que se llevaba a cabo la ceremonia conmemorativa del 13 aniversario del asesinato de Luis Donaldo Colosio, en Tijuana –y por esa razón no asistió, como solía hacerlo–, y al término del cual tomó un avión para estar presente en la comilona que ofreció su amigo el mundano obispo de Ecatepec, Onésimo Cepeda, con motivo de su cumpleaños.

La reunión entre un juez y un justiciable no es de suyo ilegal ni deleznable, porque la ley prevé comparecencias "de oídas", pero no es el caso: Nava Gomar se encontró con Hank Rhon a escondidas, se trasladó hasta las oficinas de éste en el hipódromo de Agua Caliente, en Tijuana, y tramó con él un plan que, semanas después, se tradujo en la convalidación de la candidatura de éste al gobierno estatal, pese a que la Constitución local la prohibía.

Para encubrir la vergonzante reunión, Nava Gomar --tocayo de apellido de César Nava, presidente del PAN, cuyo partido lo patrocinó para ser magistrado-- se valió de una coartada que presuntamente implica la comisión de al menos el delito de falsificación de documentos.

En efecto, Nava alega que se trasladó a Tijuana supuestamente a impartir una conferencia y un taller a los integrantes del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública del estado de Baja California, previstas para el viernes 23 y el sábado 24.

Sin embargo, el oficio que exhibe como prueba de que una razón académica lo condujo a Tijuana es falso, como apócrifa es también la firma del supuesto convocante, Ernesto Villanueva, coordinador del área de Derecho a la Información del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, quien asegura que jamás emitió tal invitación, menos aún con su firma.

Eso sí, y consultado por el reportero, confirmó que efectivamente se celebró la reunión secreta entre Nava Gomar y Hank Rhon, y lo sabe en razón de que él asistió a ella, aunque --aclara-- ellos dos se reunieron unos 15 minutos a solas.

Al término de un recorrido por su zoológico particular y darles a probar jamón de tigre, al despedirse, y a petición del propio Nava, el magnate priista le obsequió un perro de raza recién nacido:

"Efectivamente --dijo Villanueva al reportero--, le obsequió un cachorrito de uno de los perros que tiene ahí Jorge Hank, y él no sintió que hubiera alguna actitud incorrecta en recibirlo, sino sólo un gesto de consideración. Prometió entregárselo".

Alguien diría: Cómo puede ser tan estúpido alguien como Salvador Olimpo Nava Gomar de cometer tan elemental error de reunirse en secreto con un político, sobre todo de la calaña de Hank Rhon, que al final fue aplastado con el aparato oficial panista.

La respuesta es simple: Por la impunidad.

Y la codicia: Nava quiere ser ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Y, así como se mercadea la justicia en México, puede serlo.

Por eso no da la cara…

Apuntes

Justamente porque en México se vende y compra la justicia es que Demetrio Sodi y Carlos Orvañanos, quienes delinquieron con el apoyo de los magnates Roberto Hernández y Lorenzo Servitje para ganar las jefaturas delegacionales de Miguel Hidalgo y Cuajimalpa, lograrán la impunidad cuando sus casos lleguen a la Sala Superior del TEPJF, cuya presidenta, María del Carmen Alanís, es íntima amiga de Nava Gomar, a su vez impulsado como magistrado por Germán Martínez, el arrogante presidente del PAN caído en desgracia, y su asesor el diputado Roberto Gil Zuarth, esposo de Carla Astrid Humprey Jordán, consejera del Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF) y exasesora de Alonso Lujambio cuando fue imparcial consejero del Instituto Federal Electoral (IFE), quien se afilió formalmente al PAN apenas en junio, aunque ha sido panista "desde la cuna" y, con ese linaje, se cree llamado a ser presidente de México… Es un ejemplo de la cadenita de favores y complicidades…

Comentarios: delgado@proceso.com.mx

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