8 abr 2009

En Juárez, el machismo rodea el feminicidio: Carlos Carrera

El Traspatio: mil desaparecidas, más de 450 asesinadas

Por Lidia Ponce Carmona y Nancy Betán Santana

México DF, 7 abril 09 (CIMAC).- Una cerca con alambre de púas. En ella, restos de cabellos largos que se mueven al vaivén del viento árido, desolado... Un perro olfateando olores nauseabundos en el polvo del llano del desierto.

Femenino…entre 16 y 25, fémur fracturado, uñas rojas, pezón izquierdo… arrancado: la 29 en lo que va del año, pero quién sabe cuál sea “su número”, tomando en cuenta los últimos diez años.

Es así como inicia el filme Backyard, El Traspatio, exhibida actualmente en la Ciudad de México, solo en la Cineteca Nacional.

Otra mujer víctima de feminicidio en el municipio de Ciudad Juárez, Chihuahua, ciudad reconocida internacionalmente por el asesinato de las mujeres que pisan su suelo. “Te llevaré a morir estilo Juárez”, amenazan algunos hombres en Estados Unidos a las mujeres.

Calificada como un largometraje “incómodo”, tanto para autoridades como para ciertos sectores de la sociedad mexicana, la película desarrolla en 120 minutos las condiciones en las que se han cometido y las circunstancias que han abrigado a los asesinatos de mujeres perpetrados en Ciudad Juárez desde 1992. Entre ellas, el desinterés y la corrupción de los funcionarios chihuahuenses y un machismo naturalizado por los juarences.

Apoyada por el ojo documentalista de Everado González y con guión de Sabina Berman, basado en el libro Huesos en el desierto, del periodista y escritor Sergio González Rodríguez, Backyard describe a una Ciudad Juárez desolada, contaminada por la basura y la violencia; sin raíces definidas por tratarse de una región adoptada por el gobierno y la población estadounidenses como un patio trasero, en el cual, pueden ocultarse o desecharse desde productos de segunda mano hasta sociópatas.

Patio trasero: ya acertadamente lo afirmaba por primera vez el fallecido Adolfo Aguilar Zinzer. Patio trasero donde se mezclan los sueños y las ilusiones de mujeres y hombres esperando cruzar la frontera con los Estados Unidos exitosamente.

Patio trasero, con la mitad de su población, las mujeres, acostumbrada a laborar jornadas de hasta diez horas en maquiladoras extranjeras que pagan sueldos de poco más de un dólar por hora.

Todo esto, establecido previamente vía acuerdos con los gobernadores de los estados (quienes reciben la verdadera ganancia del trabajo), bajo amenaza de marcharse con toda su infraestructura a los países donde se cobra la mano de obra hasta en 60 centavos la hora.

Venidas de diversas entidades federativas, las mujeres que habitan Ciudad Juárez buscan su libertad y su independencia económica, pero con el riesgo, desde hace por lo menos 17 años, de hallar con ambas la muerte.

Cifras no establecidas aún certeramente indican que se trata de más de mil desaparecidas y más de 450 asesinadas.

MACHISMO RODEA FEMINICIDIO


En entrevista con Cimacnoticias, el director de Traspatio (Backyard), Carlos Carrera, manifestó que uno de sus objetivos al llevar el guión de Berman a la pantalla grande es, indudablemente, mostrar el machismo que rodea al feminicidio.

Por tal motivo, una mujer es la protagonista del largometraje: Ana de la Reguera, en el papel de Blanca Bravo, una agente investigadora enviada desde el Distrito Federal para tratar de ahondar en los crímenes. Algo que no pudieron hacer funcionarios de administraciones pasadas.

De entrada, se encuentra con un equipo de hombres que subestiman sus capacidades por ser mujer, y éstos, al percatarse poco a poco de lo contrario, la limitan en su campo de acción. Finalmente, la retiran de su cargo. Blanca da cuenta de que no solamente debe lidiar contra criminales, sino contra todo un sistema podrido.

“Blanca Bravo es la suma de muchos agentes que han pasado por Ciudad Juárez para tratar de resolver los casos. Sin embargo, todos los que descubren la asociación del crimen organizado (uno de los señalados como responsables) con las autoridades, terminan fuera de la investigación”, subrayó Carrera.

Paralela al relato de Blanca Bravo y tocándola en diversos momentos y al final del filme, aparece la historia de Juana Sánchez, una mujer indígena proveniente de Cintalapa, Tabasco, quien, tras abandonar su tierra viaja a Ciudad Juárez para trabajar en una de las maquiladoras.

Tras una valoración médica y la advertencia de despido si llega a embarazarse, Juana comienza a laborar junto a cientos de mujeres jóvenes que, como ella, inician la búsqueda de su nueva identidad como sujetos libres y económicamente productivos.

No obstante la emancipación de Juana, quien se empodera de su cuerpo y voluntad, es señalada por el orden social establecido en Juárez, particularmente por la mirada de un hombre con el que sostiene una relación breve que decide no reanudar.

Juana es condenada. En una especie de sesión secreta, un grupo de hombres, entre los cuales se halla su ex novio, planea su asesinato; el cual tiene lugar cuando ella sale de trabajar.

Juana es citada en un bar, drogada por su ex novio, llevada con ayuda de los compinches del mismo a un cuarto y violada por todos ellos para, finalmente, ser asfixiada y arrojada a la orilla de una carretera.

El patrón de violencia contra las mujeres en Ciudad Juárez encierra además a traficantes de órganos, realizadores de cine snuff, narcosatánicos, tratantes de personas y asesinos seriales, como lo acota González Rodríguez en su libro.

Porque en Juárez se vive, como bien dice Blanca, dentro de una leyenda donde un tigre llega y, a manera de ritual, se come a una persona:

“La primera vez, la gente corre despavorida, se asusta, habla de ello; busca soluciones. La segunda, aún corre y se asusta. La tercera, se cuida, pero ya espera que llegue el tigre. Sabe que llegará. Es así con las muertas. Las personas saben que habrá más, se han acostumbrado, pero nadie hace nada”.

Backyard muestra lo mencionado tantas veces, lo escrito en múltiples ocasiones, y con ello, pretende que no se naturalice la violencia contra las mujeres en cualquier espacio identificado con Ciudad Juárez.

Busca acercar al espectador una realidad no adoptada, considerada ajena y lejana. Sin embargo, el feminicidio no es lejano, está tan cerca que en la Ciudad de México ocurren asesinatos de mujeres por razón de género y el vecino Estado de México ocupa el primer lugar en feminicidio.

El silencio mata, y las mujeres de Juárez no deben seguir muriendo, casi la mitad del municipio está en calidad de desaparecida y bajo la arena de la tierra desierta.

Incómodo reconocer, sin duda, que Ciudad Juárez es territorio de nadie y de todos; donde horrores imaginables pueden sucederle a alguien por el simple hecho de tener sexo femenino.

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