En Derechos Humanos, desdén a madre de condenado por Atenco
Nelly Urrutia afirma que suplicó en la comisión por casi 24 horas
24 horas, Nelly Urrutia, madre de crianza de Héctor Galindo –preso en el penal de máxima seguridad de El Altiplano por los hechos de San Salvador Atenco de mayo de 2006–, suplicó en la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) que visitadores del organismo intercedan ante las autoridades carcelarias para que se le permita visitar a su hijo, a quien no ve desde hace casi un año, debido a que no se le reconoce como familiar.
El martes a la 16 horas la señora acudió a las oficinas del ombudsmanJosé Luis Soberanes para hacer su petición. Sin embargo, hasta que se retiró –alrededor de las 2 de la tarde del miércoles– no encontró una respuesta clara, y sólo la promesa de que en breve se resolverá su caso.
En entrevista, denunció que fue tal la indiferencia, que aun cuando pasó toda la noche dentro de las oficinas de la CNDH, todos se fueron, sin darme una solución.
En tanto, funcionarios del organismo negaron que la mujer hubiera pernoctado en las oficinas, y aseguraron desconocer si había solicitado audiencia.
Urrutia afirmó que desde que llegó solicitó ser atendida por Soberanes o por su secretario particular. “Estuve cinco horas sin respuesta, y como a las 9 de la noche salió una persona a decirme que sí me iban a atender, pero que regresara hoy (miércoles) temprano, por lo que era mejor que me retirara. Pese a la impotencia, les contesté que me iba siempre y cuando alguien se responsabilizara a atenderme.
La respuesta fueron más vueltas y me dijeron que no, que nadie podía asumir ese compromiso. Así es que decidí no moverme de ahí hasta que alguien me recibiera. Pero no les importó, terminaron su turno y se fueron: me dejaron ahí, encerrada con cuatro vigilantes. Llevo 22 horas aquí dentro, y nada. Inclusive en la mañana mis hijas quisieron entrar para dejarme algo de comer, lo que no he hecho desde ayer (martes), pero no las dejaron.
No hay respuestas
La señora aseveró que desde hace un mes solicitó que el expediente de su hijo cambie de área, pues actualmente está en la tercera visitaduría –encabezada por Andrés Calero–, donde no hay respuestas.
En teoría, abundó, el caso será conducido a la segunda visitaduría –a cargo de Mauricio Ibarra–, aunque aún no le han asegurado que así se hará.
Lo único que pido es que la CNDH me ayude a entrar al penal. Desde el 28 de octubre de 2008 no me permiten en ingreso, no me consideran su familiar, al no ser su madre biológica. ¡Por caridad!, Héctor tiene un año que no recibe una palmada de apoyo de su madre ni su bendición.
Otra de las solicitudes que Urrutia realizó al organismo nacional es que interceda para que su hijo sea trasladado de El Altiplano a un penal estatal.
Una más de sus preocupaciones es la huelga de hambre en la que se encuentran internos del penal de máxima seguridad, entre ellos el líder del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y colega de Galindo, Ignacio del Valle. No sé en qué condición se encuentra mi hijo. Estoy desesperada. Aunque ya casi termina su gestión, no se vale que Soberanes se desentienda de los derechos de los ciudadanos.
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