Carolina Gómez Mena
Periódico La Jornada
Domingo 1º de agosto de 2010, p. 10
Domingo 1º de agosto de 2010, p. 10
Mientras la estrategia para combatir el narcotráfico se centre en las acciones bélicas, la guerra en contra de este ilícito continuará por décadas sin que haya avance significativo.
Si esta guerra no es complementada con un esfuerzo serio de despenalización, regulación y control de la producción, distribución y consumo de las drogas, seguiremos aventando balas, contando muertos, lamentando víctimas inocentes y siendo la fuerza motriz del negocio, aseguró Sergio Ferragut, experto en política pública y ex coordinador de planeación, desarrollo e innovación institucional de la Procuraduría General de la República (PGR).
En entrevista el también autor del libro Una pesadilla silenciada, la esencia y el desafío de las drogas ilícitas, publicado por el Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana (Imdosoc), expuso que son cuatro los elementos que “mantienen vivo el negocio de la droga: el consumo, las jugosas ganancias, la prohibición, y su consecuencia, que es la guerra en contra del narco y el lavado de dinero”.
Agregó que siendo
México el principal proveedor de drogas a escala internacional y Estados Unidos el principal consumidor, nada debiera impedir que las autoridades de ambos países se sentaran a diseñar un esquema de despenalización, para presentarlo ante organismos internacionales.
Ferragut precisó que dicha despenalización debe ser global, pues existen tratados internacionales signados que penalizan el proceso de producción, transporte y consumo de drogas y por lo tanto la propuesta debe ser avalada y aceptada por muchas naciones, pero consideró que quienes deben dar el primer paso son las naciones más golpeadas por el narcotráfico –cuyo negocio genera ingresos por 400 mil millones de dólares a escala mundial– y el consumo de drogas.
Advirtió que de seguir esta guerra en las actuales condiciones, el proceso durará muchos años.
Hace 39 año el entonces presidente Nixon la declaró, y por este camino podemos seguir otros 40 años sin cambio y con México poniendo los muertos y Estados Unidos las armas y los consumidores. Esto no lleva a ningún lado.
No obstante, Ferragut, quien en la PGR participó en el diseño de estrategias para prevenir el lavado de dinero en la banca, remarcó que la despenalización no significa una
legalización liberal, y añadió que tampoco implica dejar de combatir al narco con las fuerzas policiales, sino que esta estrategia se complemente con la despenalización.
Aunque este combate como está ahora no lleva a nada, también es claro que el gobierno no puede ceder territorio a la delincuencia: estaría claudicando de su compromiso y deber si lo hiciera.
Apuntó que también es necesario reconocer que el lavado de dinero y sobre todo el poder corruptor de éste, genera más daño a un país que las adicciones, por lo tanto insistió en que se debe poner un alto a esta situación.
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