Jueves 26 de agosto de 2010, p. 3
La Dimensión Pastoral de la Movilidad Humana (DPMH) de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) condenó la masacre de 72 migrantes en el rancho San Fernando, en Tamaulipas.
Asimismo, hizo un “llamado urgente a las autoridades locales, estatales y federales a una acción en favor de las personas, independientemente de su calidad migratoria.
Los exhortamos a que actúen con responsabilidad, legalidad y con actos concretos contra estas barbaries que han sido denunciadas desde hace más de cuatro años y sólo nos dejan ver como un país incontrolable e impune
.
La DPMH lamentó que los indocumentados sigan siendo secuestrados y que como consecuencia de las extorsiones no pagadas, sean asesinados
. Asimismo, externó su solidaridad y condolencias a las familias de los 72 extranjeros ultimados en Tamaulipas.
En tanto, funcionarios de El Salvador, Guatemala y Estados Unidos lamentaron también la masacre de los migrantes, quienes eran originarios de diferentes países de Centroamérica, mientras el sacerdote guatemalteco Mauro Berceletti afirmó que la mayoría de los indocumentados que pasan por México son secuestrados y torturados.
Berceletti, director de la Pastoral de Movilidad Humana de la Conferencia Episcopal de Guatemala, señaló que muchos son secuestrados por bandas que exigen rescates a sus familias, y cuando éstas no pagan, asesinan a sus cautivos.
La masacre del rancho San Fernando ocurrió apenas una semana después de que Guatemala y El Salvador abrieron un consulado binacional en el estado mexicano de Veracruz, con la finalidad de velar por la protección de los ciudadanos de sus países que cotidianamente cruzan México rumbo a Estados Unidos.
El canciller de El Salvador, Hugo Martínez, condenó las muertes de los indocumentados. Esperamos que se encuentre y castigue a los culpables
, dijo.
En Estados Unidos, Mark Toner, portavoz del Departamento de Estado, calificó el hallazgo de los cadáveres como un hecho horriblemente trágico
.
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