Ese mismo día, se siniestraba otra mina de carbón, el pocito conocido como Vertical 4, en donde fallece Jesús García Ayala, y es rescatado con vida, Francisco Castillo Zamora –aquí presente-, quien trabajaba con ese mismo patrón desde los 16 años. Se trabajaban turnos de 11 y 12 horas, pagados a destajo. Francisco ganaba 400 pesos diarios. Del pago semanal, se les "descontaban 10 pesos por tonelada" a cada trabajador, para que tuvieran dinero al ser "despedidos". En la devolución del dinero retenido, se "incluía el aguinaldo". Es decir, con su propio salario se auto-liquidan y auto-pagan aguinaldo. La mayoría de los trabajadores eran traídos de San Luis Potosí y no estaban capacitados para minería del carbón; vivían en una casa rentada por el mismo patrón, comprometido en proporcionar los alimentos para los trabajadores que venían fuera, pero que para el miércoles ya no los había. Ellos ponían lo que faltaba cuando tenían el dinero o se quedaban dos días sin comer. La persona que les preparaba los alimentos también era pagada por los trabajadores. Trabajan menores de edad, prueba de ello, es el mismo Francisco. Sin baños, ni regaderas, ni agua potable; ni un ingeniero responsable; ni mapas. Ante la llegada de los inspectores de la STPS, los menores de edad eran escondidos en el monte o se les daba el rato libre; removían la fortificación de la mina para aparentar que la estructura estaba acorde con las normas y terminada la inspección, volvían a separarla. Nunca tuvieron acceso a las actas de inspección, emplazamientos o actas de verificación porque se las negó el Delegado del Trabajo de la STPS en Coahuila. No estaban sindicalizados, ni se hizo presente el sindicato en el siniestro.
En la clínica del IMSS de Nueva Rosita, en donde fue internado Francisco, se le diagnostica la ruptura de 7 costillas y lastimado el oído izquierdo. Para evitar "la salida de líquido", se le manda reposo absoluto. Se le negó la atención al desvío de la columna vertebral y de los hombros, con el argumento de que "eso era de nacimiento". Fue dado de alta a los 15 días y se le incapacitó por 28. Cada vez que las incapacidades se le terminaban, tenía que ir para "rogar" que no lo mandaran a trabajar porque no podía ni sostenerse de pie. Al agotarse los 51 días de incapacidades, Francisco se presentó con su patrón Jorge García y fue despedido. No fue liquidado conforme a derecho y de los "descuentos a su salario de 10 pesos por cada tonelada" que se les hace y que el pagó en la semana en que se siniestró, el patrón le descontó "los gastos que había hecho por su accidente". Francisco, de 25 años, salió de la entrevista con el patrón con 1,500 pesos por 9 años de trabajo. Ese mismo día fue dado de baja en el IMSS. Desde esta semana, por gestiones independientes, está siendo nuevamente valorado en los hospitales de especialidades del IMSS, en la Ciudad de México, debido a que además de las 7 costillas rotas, tiene fractura de cráneo y oído interno del lado izquierdo; pérdida de audición en un 50% y escucha de ruidos; desviación de la columna vertebral que le impide agacharse, estar de pie o sentado por mucho tiempo; dolor agudo en el pecho y estómago; desviación en el eje de los hombros (en el siniestro, un golpe en la clavícula izquierda le dejó un hombro más levantado); y el pecho le "truena" cuando gira la cabeza. La próxima semana será valorado en el Hospital de Traumatología del IMSS de Lomas Verdes.
El pasado 30 de julio, como informamos, se inundó el pocito Boker. Fueron rescatados, ese mismo día, 12 de los 14 mineros atrapados. Dos de ellos, José René Pérez Zúñiga –aquí presente- y Marco Antonio Cruz Martínez, fueron ingresados en la clínica del IMSS de Nueva Rosita, Coah. Gracias a la solidaridad y esfuerzo de las cuadrillas de rescate de AHMSA, de otras empresas, de los mineros de la región y de sus propios compañeros de trabajo, el 6 de agosto, luego de una semana, fueron rescatados, Ramón Sánchez Arellano y Plutarco Ruiz Loredo –aquí presente. Lamentablemente, Ramón falleció. Plutarco, fue ingresado al IMSS de Nueva Rosita. Como lo denunciamos en su momento, el pocito el Boker, no tenía planos, ni un ingeniero responsable, ni condiciones de seguridad, ni dotaba a los trabajadores de equipo personal de seguridad, y trabajan menores de edad desde los 13 años. No estaban sindicalizados, ni se hizo presente el sindicato en el siniestro. Los trabajadores nunca vieron a los inspectores de la STPS. Al momento del siniestro, los trabajadores no estaban dados de alta en el IMSS. Horas después del siniestro, el patrón los da de alta como lo permite el sistema, con 3 ó 4 días previos a la fecha de la alta, con un salario en pantalla de 75.53 pesos y en la hoja que les entregan a los sobrevivientes con 110 pesos, cuando ellos ganaban semanalmente entre 1,600 y 1,900 pesos.
En la Clínica del IMSS de Nueva Rosita, donde fue atendido José René, se le determinó únicamente fractura en 5 costillas, el mismo viernes 30 que ingresó. El sábado por la noche "una enfermera" le comunicó que ingresaría a cirugía para ser operado de las costillas. René se negó debido a que sabía que las costillas no se operan. No vuelve a ver a ningún doctor hasta el lunes en que es dado de alta. Sin embargo, debe permanecer un día más porque debe esperar a que "la ambulancia de Barroterán –el poblado más cercano a La Florida donde él vive-, haga un traslado para "aprovechar el viaje". A pesar de quejarse de dolor en la espalda, se le negó la atención al problema de la columna con el argumento de que "era desgaste natural". Se le incapacitó por 28 días. Desde esta semana, por gestiones independientes, está siendo nuevamente valorado en los hospitales de especialidades del IMSS, en la Cd de México, y se ha identificado que además de las 5 cotillas rotas, es diabético e hipertenso. La próxima, será atendido en el Hospital de Traumatología del IMSS de Lomas Verdes.
La Clínica del IMSS de Nueva Rosita, donde fue atendido Plutarco después de estar 7 días atrapado en el Pocito Boker, lo da de alta y lo envía al psiquiatra en Monclova "porque reiteradamente habla de lo que le pasó". Desde que Plutarco ingresó a la Clínica del IMSS, pidió ser pensionado debido a que es la tercera vez que sufre un siniestro en pocitos de carbón –ha sobrevivido a la caída de un cable de acero desde una altura de 80m que al quitarse de dónde estaba afortunadamente sólo le lastimó las manos; sobrevivió también a una explosión de gas de metano. Se le dijo que la única opción que tenía para ser pensionado era convencer al psiquiatra de que había quedado mal de sus facultades. Se le otorga una incapacidad por 28 días, en los cuales quedan incluidos los 7 días que estuvo atrapado en el socavón. El psiquiatra, de la misma manera que hicieron con los sobrevivientes de Pasta de Conchos, le administró sedantes para que estuviera dormido y "se relajara". Por gestiones independientes, Plutarco está siendo valorado en los hospitales de especialidades del IMSS, en la Cd de México.
Este es el resultado de la negligencia de la Delegación Federal en Coahuila de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), debido a que sus inspectores mienten en las inspecciones sobre las condiciones de las minas y pocitos de carbón y dejan que las empresas les mientan sin verificar la información otorgada. La PROFEDET de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), porque no da la asesoría a los trabajadores para evitar la afectación de sus derechos, ni personal jurídico que los atienda, lo que permite que se liquiden con 2 mil 500 pesos renunciando a sus derechos. La Secretaría de Economía y la Dirección General de Minas y su delegación en Coahuila que se niegan permanentemente a transparentar la información sobre las concesiones y se niegan a sancionar a quienes violentan sus propias normas y reglamentos. La SEMARNAP que otorga permisos ambientales sin verificar ni sancionar jamás a ninguna empresa por el enorme daño ecológico de la región carbonífera. El Instituto Mexicano del Seguro Social que otorga pensiones de 2,600 pesos a viudas con tres hijos y no sanciona a los patrones quienes permanentemente la defraudan. Las Clínicas del IMSS de la región carbonífera –La Florida, Barroterán, Progreso y Nueva Rosita-, que niegan el derecho a la salud de manera sistemática a los mineros del carbón y sus familias. El Gobierno del Estado de Coahuila, que por medio de PRODEMI compra el carbón a los dueños de los pocitos y lo vende a Comisión Federal de Electricidad obteniendo ganancias que no se sabe a qué se destinan. La CFE que determina con el Gobierno de Coahuila, a empresas mineras del carbón para las carbo-eléctricas, sin importar si son legales, si saquean a la nación con minas clandestinas, sin importarle la muerte y el sufrimiento de los que deberían ser sus trabajadores debido a que nadie más utiliza ese carbón. La H. Cámara de Senadores que tiene Convenios por ratificar ante la OIT desde hace 50 años. La H. Cámara de Diputados, la H. Cámara de Senadores, la STPS y la Secretaria de Energía, que han impulsado y aprobado la iniciativa de algunas empresas mineras del carbón para la venta del gas asociado al carbón. Vender el gas asociado al carbón, no hace más seguras las minas, sino las utilidades de las empresas, las cuales están obligadas por ley a ventilar las minas de carbón. Han aprobado los Reglamentos y se otorgan las concesiones sin que exista ni siquiera una norma de seguridad e higiene para quienes harán ese trabajo; La Comisión Nacional de los Derechos Humanos que tarda más de un año en emitir Recomendaciones de expedientes que ya tiene concluidos. Los sindicatos que son de protección y que ni siquiera conocen los trabajadores y al sindicato minero que en ningún caso documentado, tiene voluntad ni ingerencia para la defensa de los trabajadores.
Durante estos cuatro años y medio desde el siniestro en la Mina 8, Unidad Pasta de Conchos, hemos sostenido que nuestro acompañamiento a las familias que deciden rescatar la memoria y la dignidad de su familiar fallecido en las minas de carbón, tiene como único fin, exigir al Estado cumplir con su obligación de tutelar y proteger los derechos de los mineros del carbón y sus familias, precisamente, para que a los mineros del carbón se les garanticen condiciones laborales dignas. La negligencia, la corrupción y las complicidades de Grupo México, empresas y patrones de la región carbonífera con el Gobierno, es la misma en todos los casos. De ello da cuenta el informe que entregamos en mayo pasado a la OIT. Nos complacemos en informar que la OIT ha respondido y dicho que acepta el informe presentado por nuestra organización sobre la situación que guarda la región carbonífera del pasado 20 de mayo del presente año como un nuevo Reclamo contra el Gobierno Mexicano.
La Organización Familia Pasta de Conchos celebra y agradece la valentía de Francisco Castillo, sobreviviente del Pocito Vertical 4, de José René Pérez y Plutarco Ruiz, sobrevivientes del pocito el Boker, por haber tomado la decisión de emplazar al Gobierno Mexicano para que responda por lo que ellos, los mineros siniestrados y que sobreviven a la voracidad de las empresas y la negligencia del Estado, viven de manera cotidiana en las minas y pocitos de carbón en Coahuila.