8 ago 2010

Corresponsable, la SCJN de la impunidad del Estado: HIJOS

Emir Olivares Alonso
Periódico La Jornada
Domingo 8 de agosto de 2010, p. 18

Ni perdón ni olvido, fue una de las consignas lanzadas por integrantes del Comité Eureka y de la organización Hijos por la Identidad y la Justicia, contra el Olvido y el Silencio (HIJOS) México, frente a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) para demandar la presentación con vida de todos los desaparecidos políticos del país, investigación de estos casos y castigo a los responsables de este delito considerado de lesa humanidad.

Como lo hacen cada primer sábado de mes desde octubre de 2008, ambas agrupaciones –integradas por familiares de desaparecidos– recordaron que en México existen más de 500 personas secuestradas por el Estado desde 1969 a la fecha.

En esta ocasión, además de leer los nombres de todos los desaparecidos en los meses de agosto en estas cuatro décadas, los manifestantes pasaron lista a los 11 periodistas reportados como desaparecidos desde el año 2000.

Esto como una muestra de solidaridad con el gremio periodístico, que ayer al mediodía realizó una marcha del Ángel de la Independencia a la Secretaría de Gobernación –a la que se sumaron los integrantes de HIJOS México– para demandar que el gobierno cumpla con su deber de garantizar seguridad en su labor y que los crímenes contra reporteros sean sancionados.

Los familiares de los desaparecidos políticos aprovecharon las mamparas de madera que se instalaron alrededor de la sede de la Corte (por los trabajos de remodelación que se realizan) para usarlas como lienzos. Con gises pintaron las consignas que por más de 40 años han lanzado: Vivos los llevaron, vivos los queremos, Prohibido olvidar y Juicio y castigo.

Por vigésimo cuarto mes consecutivo, ambas agrupaciones acudieron a la Corte, ya que consideran que el máximo tribunal del país ha colaborado para que los secuestros oficiales de cientos de personas sigan en la impunidad.

Mujeres incansables

Al igual que en ocasiones anteriores, responsabilizaron al Estado mexicano de la desaparición de sus familiares y otros cientos de personas que nos faltan a todos.

Incansables desde hace ya más de tres décadas, las llamadas doñas del Comité Eureka repartieron volantes informativos sobre las desapariciones forzadas entre las personas que paseaban por la sede de la Corte en el Centro Histórico de la ciudad de México.

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