Lunes 1º de agosto de 2011, p. 7
El próximo periodo ordinario de sesiones en la Cámara de Diputados iniciará con un importante diferendo entre los grupos parlamentarios de los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y de la Revolución Democrática (PRD), cuando disputen la presidencia de la mesa directiva que correspondería al partido del sol azteca; no obstante, el tricolor y su aliado el Partido Verde, pretenden retenerla durante el año electoral en ciernes.
El control de ese órgano de gobierno representará al partido que se haga de él, una caja de resonancia en materia política, al conducir la negociación del Presupuesto de Egresos de la Federación para el ejercicio 2012; será contrapeso mediático del Ejecutivo Federal en medio del proceso electoral federal, y tendrá a su disposición una vasta estructura de comunicación social, que proyectará su imagen y la de su partido por encima del interés de todas las fuerzas legislativas.
La mesa directiva se ha utilizado como botín político y ahora el PRI la pretende continuar usando en su favor, a tal grado que en San Lázaro se ha evidenciado una actividad inusual de Beatriz Paredes en el trabajo de comisiones ordinarias, circunstancia que la apuntan como la candidata a ocupar la presidencia camaral.
Incluso, en materia de comunicación social se sabe en el recinto parlamentario que el actual coordinador, Miguel López Azuara, y su equipo de colaboradores –que trabajaron con él durante el gobierno de Patricio Chirinos en Veracruz– se promueve para sostenerse en esa posición e impulsar una campaña mediática en favor del PRI, y se ha dado a la tarea de divulgar la versión de haber recibido el visto bueno de la diputada Paredes y de sus correligionarios Sebastián Lerdo de Tejada, José Ramón Martell y Carlos Flores Rico. Además, la panista Ethel Riquelme, cercana colaboradora de Marta Sahagún durante el gobierno foxista, también trata de ocupar tan apetecible posición, donde se maneja un presupuesto cercano a los 70 millones de pesos.
La disputa por la presidencia de la Cámara de Diputados tiene como antecedente el mes de septiembre de 2010. En los primeros días de aquel mes la mesa directiva tardó en ser ocupada por el priísta Jorge Carlos Ramírez Marín, lo que sucedió hasta el día 5, porque correspondía al PRD asumirla, de acuerdo a la tradición del reparto partidario tripartita (cada legislatura Acción Nacional, PRD y PRI ocupan la presidencia camaral durante un año).
Para destrabar aquel entuerto los coordinadores parlamentarios representados en San Lázaro y el presidente de la Junta de Coordinación Política firmaron un acuerdo el 5 de septiembre del año pasado, para dar cauce a la asunción de Ramírez Marín, y comprometerse a respetar que el PRD tomaría las riendas de la mesa directiva a partir del primero de septiembre próximo, y a su vez la Junta de Coordinación Política. Esta última corresponde asumir por reglamento al sol azteca, una vez que PRI y PAN ya la han ocupado también.
Aquel acuerdo de cinco puntos refiere que haciendo una aplicación literal y exacta de lo dispuesto en el artículo 17 numeral 7 de la Ley Orgánica del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, la presidencia de la mesa directiva, para el segundo año de ejercicio de la LXI Legislatura (del primero de septiembre de 2010 al 30 de agosto de 2011), corresponderá a un legislador del grupo parlamentario del PRI, previa votación de las dos terceras partes de los diputados presentes en el pleno.
Resolvían, los diputados Francisco Rojas (PRI), Josefina Vázquez Mota (PAN), Alejandro Encinas (PRD), Pedro Vázquez (PT), Reyes Tamez (Nueva Alianza) y Pedro Jiménez León (Convergencia), que reconocemos la imperiosa necesidad de resolverlas contradicciones normativas que existen en los artículos de la ley orgánica relativos a la integración de los órganos de gobierno de la Cámara de Diputados, por lo que realizaremos una reforma integral de estos ordenamientos a fin de hacerlos congruentes con el espíritu con que fueron originalmente diseñados, buscando pluralidad, representación y equilibrio en la Presidencia e integración de los mismos
.
El factor Verde
Aquel acuerdo no fue firmado por el coordinador del Partido Verde, Juan José Guerra Abud, porque argumentaba que ese instituto político tenía derecho a ocupar la presidencia camaral por espacio de seis meses –compartiendo un año con el PRD–, porque había obtenido un porcentaje de votación en los comicios de 2009 cercano al del perredismo. Su reclamo fue desoído por carecer de razón política e histórica. En el tercer punto del citado acuerdo se indican los requisitos para garantizar al PRD la asunción a la presidencia camaral a partir del próximo primero de septiembre. El tiempo se vino encima y ninguno de ellos se cumplió.
Los coordinadores se comprometieron a desarrollar todas las acciones políticas, jurídicas y legislativas necesarias que garanticen que durante el tercer año de ejercicio de la LXI Legislatura, la presidencia de la mesa directiva sea desempeñada por un diputado del grupo parlamentario del PRD, previa votación de las dos terceras partes de los diputados presentes en el pleno
.
En este caso, el PRI hará valer su condición de mayoría en alianza con el Partido Verde, y en un probable acuerdo con el PAN impediría que el PRD asuma la mesa directiva. La negociación entre priístas y panistas redundaría en que estos últimos otorgarían su respaldo al Revolucionario Institucional a cambio de la aprobación de dictámenes como el de seguridad nacional o retomar la ley del trabajo.
De esa forma, el PRD vería cortada su aspiración a ocupar la mesa directiva, porque incluso el Partido Nueva Alianza respaldaría a los priístas. El único camino que tendría el PRD para hacer cumplir el acuerdo del año pasado es la denuncia política y pública del caso, o la presión y movilización al interior de la cámara.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario