Martes 12 de abril de 2011, p. 11
Washington DC, 11 de abril. Uno de las causas de que México se encuentre ante una oleada sin precedentes de violencia es el trasiego de drogas, pero no es la única; también influyen el tráfico de migrantes y de armamento, según valoró el Banco Mundial (BM) este lunes.
Los factores externos pueden agudizar los riesgos de violencia. Los grandes problemas de seguridad exterior, como las nuevas pautas del tráfico de drogas, pueden desbordar las capacidades institucionales
, señaló.
El efecto de la violencia en el mundo es uno de los temas que dominarán la semana de trabajos de la reunión de primavera del BM y el Fondo Monetario Internacional (FMI). El Informe sobre el desarrollo mundial 2011, publicación anual del banco que será presentada en esta cita, está dedicado al tema de conflicto, seguridad y desarrollo
.
La violencia tiene consecuencias en el desarrollo. El BM encontró que las personas que viven en países afectados por la violencia enfrentan el doble de probabilidades de padecer malnutrición que los habitantes de otras naciones. Tienen, asimismo, 50 por ciento más probabilidades de ser pobres y sus hijos tienen tres veces menos probabilidades de asistir a la escuela.
Los ciclos repetidos de violencia criminal pueden romperse, según el BM, cuyas recomendaciones en este sentido apuntan más al terreno de mejorar las condiciones de vida que al uso de la violencia legítima por el Estado.
Dice: Para romper los ciclos de violencia es crucial fortalecer las instituciones nacionales legítimas y mejorar la gestión del gobierno, a fin de brindar a la población seguridad, justicia y empleo
.
Recomienda la implantación de planes básicos de creación de empleo, lo que incluye obras públicas en gran escala, eliminación de cuellos de botella en la construcción de infraestructura y ampliación del acceso a formación profesional, financiamiento y experiencia de trabajo. También propone la participación de la mujer en el diseño y la ejecución de programas de seguridad, justicia y potenciación económica.
Hay factores que generan incentivos para la violencia, según el estudio. Los países en los que la eficacia del gobierno, el estado de derecho y el control de la corrupción son insatisfactorios están entre 30 y 45 por ciento más expuestos al riesgo de guerra civil y son considerados más vulnerables al riesgo de violencia criminal extrema que otros países en desarrollo.
Más: las naciones en las que recientemente se han cometido violaciones a los derechos humanos tienen muchas más probabilidades de padecer conflictos que los que tienen una larga historia de respeto por esos derechos.
El Banco Mundial pone énfasis en la relación que existe entre violencia y freno al desarrollo. Un episodio importante de violencia, a diferencia de los desastres naturales o los ciclos económicos, puede borrar toda una generación de progreso económico
, indicó.
Pone un ejemplo: en Guatemala –donde operan grupos criminales que, según se ha documentado, también actúan en México– la violencia costó al país en 2005 más de 7 por ciento del producto interno bruto, dos veces el daño provocado por el huracán Stan el mismo año y más del doble del presupuesto combinado de agricultura, salud y educación.
A la par de las cifras, el organismo destacó la repercusión de la inseguridad en los seres humanos. En las sociedades más violentas, apuntó, son muchos los que sufren la muerte prematura de un hijo.
Cuando los niños tardan en llegar a casa, los padres tienen motivos para temer por su vida y seguridad física. Las experiencias cotidianas, como ir a la escuela, al trabajo o al mercado son motivo de preocupación. Las personas dudan a la hora de construir casas o invertir en pequeñas empresas porque pueden quedar destruidas en un abrir y cerrar de ojos.
Indica: el efecto directo de la violencia recae sobre todo en los jóvenes, que constituyen la mayoría de las fuerzas de combate de las bandas delictivas
.
El reporte cita causas internas que pueden explicar la violencia en un país. En el primer caso, menciona que la desigualdad entre los hogares más ricos y los más pobres está estrechamente vinculada con una mayor probabilidad de criminalidad violenta.
Aunque no lo precisa para el caso de México, el país es uno de los más desiguales de América Latina, que es a la vez la región de mayor desigualdad en distribución del ingreso en el mundo.
Otra causa interna que plantea el informe como detonantes de la violencia es el desempleo juvenil, que genera incentivos para incorporarse a pandillas (en México hay 7 millones de jóvenes que no estudian y tampoco tienen trabajo fijo y remunerado).
La sensación de mayor seguridad y poder por pertenecer a un grupo delictivo es también citada entre los factores importantes de motivación en distintos países. Esto confirma las investigaciones que revelan que la dinámica del empleo no está relacionada únicamente con el ingreso, sino también con el respeto y el prestigio, y está asociada con la cohesión social, así como con la oportunidad económica, añadió.
El valor del comercio mundial de cocaína y heroína asciende a 153 mil millones de dólares, calculó el BM.
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