8 abr 2011

Admite EU que la guerra antinarco es un fracaso

Tras 32 años y el derroche de miles de millones de dólares puedo decirles que no le atinamos: William R. Brownfield

Si en dos años no hay resultados en México podrán cuestionar mi estupidez total, dijo el estadunidense

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Miembros de la Armada de México decomisaron en Manzanillo 38 toneladas de precursores químicos para elaborar drogas sintéticasFoto Secretaría de Marina

Gustavo Castillo y Hugo Martoccia
Enviado y corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 8 de abril de 2011, p. 2

Cancún, 7 de abril. William R. Brownfield, subsecretario de Estado adjunto de la Oficina de Asuntos Internacionales de Procuración de Justicia y Narcotráfico de Estados Unidos, afirmó: nos equivocamos cuando se consideró que el problema del tráfico de drogas fue visto como una cuestión que únicamente tenía que ver con el cumplimiento de la ley, con enjuiciamiento, y pensamos que no requería un enfoque gubernamental pleno; también dijo nos equivocamos cuando su gobierno consideró que podría ser resuelto rápidamente con una campaña agresiva, y se pensó erróneamente que el asunto se podría combatir país por país.

Asimismo, cuando fue cuestionado durante una conferencia de prensa, sobre si estaba de acuerdo con lo dicho por el secretario de Seguridad Pública de México, Genaro García Luna, de que la violencia comenzará a disminuir de manera sostenida a partir de 2015, es decir dentro de cuatro años, el funcionario estadunidense apuntó que para llegar a esta situación tan complicada, tan miserable se necesitaron 20 o 30 años y vamos a necesitar unos años para salir. No necesariamente lo mismo, pero por lo menos hay que pensar en años.

Y aunque se dijo optimista de que en dos años se podrá hablar de resultados, también mencionó que si en ese tiempo regresa a México y la situación no ha mejorado, se le podrá cuestionar por mi estupidez total y completa.

Al participar en la 28 Conferencia Internacional para el Control de las Drogas presentó su ponencia Integración de un frente común contra la delincuencia organizada, en la cual el funcionario con 32 años de trayectoria en el combate a las drogas calificó de simplista considerar que con la legalización del consumo de enervantes se arreglará el problema.

Pues, agregó, cuando un país enfrente altos índices de robos u homicidios, que se legalicen esos delitos y se acabó el problema. Se acabaría la delincuencia en todo el mundo, simplemente legalizándola.

Brownfield señaló que “en 1979 evaluamos el problema del uso y el tráfico de drogas como algo que podría ser resuelto rápidamente con una campaña agresiva y con grandes esfuerzos; han pasado 32 años, miles de millones de dólares y muchas estrategias después y podría decirles que no tuvimos razón, no le atinamos.

“Este problema no está sujeto a una solución rápida. En 1979 estábamos convencidos que podíamos resolver el asunto de las drogas país por país, y que aunque quizá no pudiéramos resolver el problema en todo el mundo, de alguna manera lo podríamos resolver en algunos países a título individual nos equivocamos, y eso lo aprendimos en las décadas de los 70, 80 y 90, conforme las organizaciones de narcotráfico se hicieron más globales, y tendieron sus tentáculos más allá de los países y las fronteras individuales.

“En 1979 creíamos que el problema de las drogas podía ser enfrentado como una cuestión que tenía que ver con el cumplimiento de la ley, con enjuiciamiento, y pensábamos que no requería un enfoque gubernamental pleno; nos equivocamos, tiene que ver con cuestiones económicas, políticas, de seguridad, diplomáticas, sociales, de salud, educación y aspectos culturales, y si no integramos todos estos elementos en nuestra solución estamos condenados al fracaso.

“En 1979 evaluamos que el narcotráfico y el uso de estupefacientes era como una cadena que empezaba con el cultivo y concluía con su distribución y venta final, y dijimos que en caso de que fuera una cadena, si quitábamos un eslabón, toda la cadena se rompería, por lo tanto, nos centramos en un tema en particular que fue la incautación y después otro tema que fue la erradicación, y en los años siguientes en los precursores químicos, y cada vez decíamos que si lográbamos resolver este elementos del problema toda la estructura se vendría abajo; nos equivocamos.

Hemos aprendido que debemos manejar el problema como un todo, si nosotros quitamos un eslabón de esa cadena, nuestro adversario simplemente encontrará la forma de darle la vuelta y remplazarlo, afirmó el subsecretario de Estado adjunto de la Oficina de Asuntos Internacionales de Procuración de Justicia y Narcotráfico de Estados Unidos.

El estadunidense concluyó su ponencia señalando que en los pasados 40 años todos hemos aprendido que no hay una solución única para este problema, y quien lo diga o es muy tonto o es muy deshonesto.

Y recomendó que las naciones consumidoras reduzcan su consumo (asumiéndose como un funcionario del país más consumidor del mundo), que todas trabajen en el fortalecimiento de las instituciones encargadas de seguridad y procuración de justicia, no permitir que las naciones tengan sitios donde se refugien los delincuentes y los traficantes, acuerdos de extradición y de colaboración jurídica multinacional.

Sin embargo, afirmó: no garantizo que si acatamos esta hoja de ruta tengamos éxito, y se conformó con que se reduzca la actividad delictiva, porque entonces ya habremos logrado algo.

Reincidió en sus críticas a quienes atacan la producción pero no el consumo de drogas

Calderón espera la gloria del triunfo; mantendrá su plan sin ambigüedades

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Felipe Calderón recibió elogios de Michele Leonhart, titular de la DEA, pero al hacer uso de la palabra se lanzó en contra de los que promueven los muy dudosos méritos medicinales de las drogasFoto Reuters

Claudia Herrera, Gustavo Castillo y Hugo Martoccia
Enviados y corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 8 de abril de 2011, p. 3

Cancún, 7 de abril. Con las manifestaciones de rechazo a su estrategia anticrimen como telón de fondo, el presidente Felipe Calderón se declaró abierto a la crítica o a la propuesta responsable. Pero también advirtió que redoblará su lucha mientras no haya alternativas de menor costo social y se declaró confiado en alcanzar la gloria del triunfo.

Elogiado por Michele Leonhart, titular de la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA), por su liderazgo, el mandatario federal criticó también el tráfico de armas, así como la dualidad de políticas que atacan la producción y tráfico de drogas pero no el consumo. Puso de ejemplo a jóvenes de las universidades más prestigiadas del mundo que ven de “lo más cool y divertido consumir drogas, pero fumar un cigarro es casi pecado capital”, lo mismo que a estrellas de rock.

Al final de la Conferencia Internacional para el Control de las Drogas realizada en este puerto, el Presidente no habló directamente de las marchas contra la violencia efectuadas el día anterior, ni aludió a la aparición de 59 cadáveres en Tamaulipas, sólo insistió en justificar su estrategia. Argumentó que no hay mayor dolor para la sociedad que ver caer a sus jóvenes abatidos por asesinos sin escrúpulos o no hay mayor angustia para una madre que ver a su hijo perdido en las adicciones.

Calderón habló del tema un día después de que miles de personas protestaron contra la violencia y plantearon consignas como sí son nuestros muertos, no es nuestra guerra, luego del asesinato del joven Juan Francisco, hijo del poeta Javier Sicilia, junto con otras seis personas.

El michoacano no cejó en defender su política contra la delincuencia, porque lo que nos mueve es acabar con esa violencia irracional. Y mientras no se muestran alternativas de mayor beneficio o de menor costo social para la sociedad seguiremos siendo contundentes en un combate que no admite titubeos ni ambigüedad.

Reunido con representantes de agencias de seguridad de 120 países parafraseó a Benito Juárez para señalar que todavía habrá necesidad de luchar, porque hay dificultades que vencer, pero las dificultades no harán más que aumentar la gloria del triunfo.

Luego de exaltar la valentía de policías, militares y marinos, afirmó que si algo ha quedado claro en México es que los criminales generan la violencia y hacia ellos se debe apuntar la responsabilidad por actos infrahumanos y verdaderamente bestiales.

Cinco mitos sobre el narcotráfico

Aprovechó su discurso para analizar los que definió como los cinco mitos en torno al narcotráfico. El primero es que este problema es exclusivo de algunas naciones, cuando consideró que compete a todas, y el segundo es que esta lucha es sólo contra las drogas pero es contra la violencia.

No es una opción prescindible, es una obligación legal, ética a la que no debemos renunciar, porque así como hoy se pagan los costos de la inacción de ayer, mañana podría ser más costoso si no se hace nada, expresó.

En cuanto al tercer mito, reprochó –esta vez sin mencionar directamente a Estados Unidos– las incongruencias de quienes pretenden controlar el tráfico de drogas, pero no hacen lo mismo con el de las armas en apego a los intereses de la industria armamentista mundial.

Consideró que el cuarto mito tiene ver con políticas duales que buscan contener el narcotráfico; sin embargo, promueven los muy dudosos méritos medicinales de las drogas, lo que calificó de estrategia mercadológica que terminó siendo una trampa cultural.

Enunció un quinto mito relacionado con la reducción del consumo de drogas mediante un cambio cultural que si bien parece imposible no lo es. Cuestionó así la promoción del uso de ciertas drogas asociado con el placer de personas más admiradas como estrellas de rock, actores y actrices de la industria del cine y campeones olímpicos.

Los mexicanos están pagando un precio muy caro, pero todos somos socios: Michele Leonhart

La DEA pide rectificar estrategias de combate contra los grupos criminales

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Mientras en Cancún enviados de unos 120 países analizaban la lucha contra los delincuentes, en Guadalupe, Zacatecas, desconocidos realizaron al menos siete narcobloqueosFoto Alfredo Valadez

Gustavo Castillo y Hugo Martoccia
Enviado y corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 8 de abril de 2011, p. 4

Cancún, 7 de abril. Michele Leonhart, directora de la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés), instó a las naciones que integran la Conferencia Internacional de Combate a la Drogas a desarrollar las estrategias y operaciones alrededor del mundo para cambiar la manera en que se combate a las organizaciones de narcotraficantes o de criminales.

En tanto, el secretario de Seguridad Pública de México, Genaro García Luna, hizo un llamado para que las naciones asuman la responsabilidad compartida frente a la producción, tráfico y consumo de drogas.

Durante la clausura de la 28 Conferencia Internacional de Combate a las Drogas, acto que se realizó antes de que concluyeran los acuerdos entre los más de 100 países miembros, la directora de la DEA hizo un llamado a los países que integran este organismo a actuar unidos contra los grupos criminales, aunque reconoció que “el precio de la victoria es muy alto.

Cuando trabajamos juntos ninguna organización criminal nos hace bajar la guardia ni tampoco puede ganarnos, dijo Leonhart, quien agregó que de ese modo se ganará la batalla.

Yo sé que ustedes (los mexicanos) están pagando un precio muy caro y ahora todos somos socios con ustedes en esta lucha, en nuestros esfuerzos para asistirnos mutuamente en contra de este enemigo común.

En ese mismo acto, el secretario García Luna propuso a los 103 países integrantes de la conferencia, que asuman el papel que les corresponde en el combate a la producción, el tráfico y el consumo de drogas, bajo el principio de la responsabilidad compartida y elaboren procedimientos homologados para la consulta e intercambio de información en tiempo real, así como el diseño de mecanismos legales y de intercambio de inteligencia que permitan combatir eficazmente el tráfico ilegal de armas.

El funcionario mexicano pidió a las naciones representadas que impulsen “operativos coordinados en contra de la delincuencia organizada trasnacional, aprovechando el intercambio de información sustantiva de inteligencia”.

Esas propuestas son parte de la Declaración México, documento que el titular de la SSP federal propuso a los demás integrantes de la conferencia, como acuerdo final del acto, pero hasta el cierre de esta edición no se había informado si fue aprobada por los asistentes.

La propuesta mexicana consta de ocho puntos, entre los cuales también se incluye el diseño y puesta en marcha de estrategias globales y regionales contra el crimen organizado; el diseño de mecanismos legales y de intercambio de inteligencia que permitan combatir eficazmente el tráfico ilegal de armas, y el reforzamiento del combate al lavado de activos vinculado al tráfico de drogas y sus delitos conexos, incorporando acciones de mayor alcance para la extinción de dominio.

Incluye la creación de medidas para evitar el financiamiento al terrorismo; compartir prácticas exitosas para la capacitación de las agencias policiales y los órganos encargados de la procuración de justicia, y poner en marcha acciones para enfrentar la violencia generada por pandillas y estructuras delictivas a nivel local.


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