La jeraquía se disputa las carteras, que se reducirán de 140 a 52; los comisionados bajarán a 104
Jueves 8 de diciembre de 2011, p. 48
De súbito y conforme a las reiteradas prácticas del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), el décimo noveno congreso extraordinario de la sección 10 para la renovación de su dirigencia fue instalado en una sede distinta a la convocada originalmente, en aras de ganar tiempo
e imponer la aplanadora –denunciaron los disidentes– conforme a los intereses de Elba Esther Gordillo. Esto, como parte de lo que el representante personal de la maestra, José García Mora, llamó fiesta de la democracia
.
Al cierre de esta edición, las mesas de trabajo apenas habían iniciado –se prolongarían dos o tres horas–, se dio un nuevo pase de lista cuyo objetivo era contabilizar a los delegados efectivos
. En las primeras horas de hoy podría “consumarse el charrazo”, si los institucionales logran ponerse de acuerdo en el reparto de carteras, advirtieron los inconformes.
Casi cinco horas después del inicio del congreso y de que, incluso, ya se habían desahogado seis puntos del orden del día en el auditorio del centro Puerta del Sol, ubicado en la carretera San Miguel, en Cuaujimalpa, la orden fue trasladar la plenaria a otro sitio, del cual ni siquiera se dijo el nombre. Después, los profesores se enteraron que debían dirigirse al salón de fiestas Palazzio Videmar, en la avenida Manuel González, frente a Tlatelolco.
Alrededor de las cuatro de la tarde, más de una decena de autobuses salieron hacia la nueva sede, a la que llegaron dos horas después. Si bien muchos lograron anticiparse en automóvil, a unos cuantos metros se desarrollaba también el congreso de la sección 11, bajo idéntica estrategia. Lo movieron del centro vacacional Popo Park, en el kilómetro 70.5 de la carretera México-Cuautla, al Centro de Convenciones Tlatelolco.
La maestra disidente Lilia Abarca, delegada al congreso, señaló que la estrategia de la jerarquía sindical fue estirar los tiempos porque aun entre los mismos institucionales existe un jaloneo para la composición de su plantilla
y, como de costumbre, apuestan a la tardanza y a que muchos participantes se retiren para que en la madrugada “se dé el charrazo”.
La disputa entre la jerarquía del comité seccional apunta hacia la reducción de carteras, lo que significa que muchos quedarán fuera. Se estima que de 140 secretarios de esa sección, la cifra bajará a 52, con sus respectivos suplentes. Por lo que, añadió el maestro Carlos Aguilar, también de la disidencia, el número de comisionados bajaría de 300 a 104.
Por la mañana, durante la inauguración –encabezada por José García, presidente del congreso y representante de Gordillo, y Silvia Luna, vicepresidenta de la asamblea, entre otros– la batalla de rechiflas entre los seguidores de Gordillo y los inconformes dio inició apenas se mencionó el nombre de la lideresa magisterial. ¡Elba Esther, Elba Esther: tú también vas a caer!
, ¡Abajo la ACE, abajo la ley del Issste!
, ¡Asesinos!
Los institucionales respondieron: “¡También hay charros democráticos!”
El pase de lista de los presuntos delegados
–la cual llegó a 998– empezó así: “¡Charro 1, charro 2, charro 3!” Por cada nombre que mencionaba el secretario de Organización desde la mesa de debates, los maestros inconformes señalaban si era o no institucional, aunque pronto llegaron a la conclusión de que el auditorio Puerta del Sol “¡está completo de charros!”.
Con fuertes medidas de seguridad para evitar el ingreso de ajenos
al llamado búnker
de Santa Fe y desde un enrejado, hombres vestidos de negro pidieron a los docentes identificación de delegado con fotografía. Si no llevaban la foto tamaño pasaporte, el número contenido en la hoja debía coincidir con la credencial de elector.
Había decenas de guaruras, hombres con radio, contingentes uniformados. Los de Iztapalapa se identificaban por vestir traje negro y una bufanda roja; los de educación física, por el pants blanco con raya color naranja. Aunque la excusa fue que no había las condiciones adecuadas en Puerta del Sol para realizar la asamblea, en el espacioso lugar se dispusieron carpas, mesas de café, meseros y pequeñas salas para la discusión.
El presidente de este congreso, José García Mora, lanzó un discurso en el que colocó al SNTE como impulsor de los valores universales
de la democracia, la pluralidad, la tolerancia, la inclusión, el diálogo, el acuerdo, la transparencia y hasta la rendición de cuentas.
¡Declara lo que te robaste!
, gritó uno de los educadores cuando el aún secretario general de la sección 10, Agustín Avilés Noguera, presentó el informe de movimientos de fondos, en el que declaró que ese comité tuvo ingresos por 32 millones 361 mil 691 pesos y egresos por la misma cantidad.
¿Y la evaluación universal y la ley del Issste?
, preguntó a gritos una solitaria maestra desde su asiento de atrás. Aplastada por la voz de la mayoría, los institucionales le respondieron ¡A-vi-lés!, A-vi-lés
. De inmediato, la ovación fue completada: “¡Cha-rro es, cha-rro es!”
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