30 ene 2011

"El gobierno no hará justicia" en el caso de Misael Núñez

30 años de un crimen impune

Al inhumar al profesor, en 1981, su madre hizo el vaticinio

Los autores intelectuales, sin proceso; los asesinos, prófugos

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Integrantes de la CNTE comenzaron los actos para recordar al profesor Misael Núñez, a 30 años de su asesinato
Foto María Luisa Severiano
Gustavo Castillo García
Periódico La Jornada
Domingo 30 de enero de 2011, p. 2

A 30 años del asesinato del profesor Misael Núñez Acosta –considerado uno de los símbolos de la lucha magisterial–, los personajes señalados como autores intelectuales de su muerte, entre ellos Ramón Martínez Martín, entonces secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), no han sido procesados, y desde abril de 1983 los autores materiales están prófugos.

De acuerdo con informes elaborados por las extintas direcciones Federal de Seguridad (DFS) y General de Investigaciones Políticas y Sociales (DGIPS), órganos de inteligencia del gobierno federal, ambas instancias comisionaron agentes para indagar el caso y elaboraron decenas de reportes y documentos, entre ellos un estudio del homicidio y una relación cronológica de los hechos ocurridos en torno al asesinato del profesor.

La versión oficial de lo ocurrido el 30 de enero de 1981 en Santa María Tulpetlac, estado de México, es: al filo de las 19 horas tres ex agentes de la Policía Judicial mexiquense, contratados por el SNTE para calmar a algunas personas, abrieron fuego contra tres profesores de la escuela Héroes de Churubusco y un padre de familia. Murieron el maestro Núñez Acosta y el rotulista Isidro Duarte Omaña.

Núñez Acosta tenía 33 años y era uno de los más destacados impulsores de la educación para la población de escasos recursos en la zona, y sus labores, antes de ser considerado un disidente de la dirigencia magisterial, estaban encaminadas a la gestión social. Como parte de su desarrollo sindical alcanzó la presidencia del Consejo de Lucha Magisterial del Valle de México.

En ese tiempo Carlos Jonguitud Barrios era el líder moral del SNTE; Ramón Martínez Martín, secretario general de la organización; Elba Esther Gordillo, secretaria del Trabajo y Conflictos de Educación Prescolar del gremio y al mismo tiempo fungía como diputada federal.

El profesor Darío Ayala Meza, quien resultó herido en el ataque, declaró que el móvil era político, ya que Misael era considerado muy radical por no estar de acuerdo con los líderes de la sección 36 del SNTE con sede en Ciudad Nezahualcóyotl, misma que había dirigido Gordillo Morales en 1977.

La investigación documental realizada por la historiadora Ángeles Magdaleno Cárdenas confirma que Clemente Villegas Villegas, colaborador de Ramón Martínez Martín, fue el intermediario para la contratación de Rufino Vences Peña, Jorge Mejía Pizaña y Joel Vences Hernández, El Chelo, asesinos materiales de Misael Núñez.

Los homicidas cobrarían 300 mil pesos (...) durante la mañana se dedicaron a fumar mariguana y recibieron cinco mil pesos como adelanto (...) llegaron a las 13 horas a la esquina de las calles Chihuahua y Sonora, en Santa María Tulpetlac, en Ecatepec.

Viajaban en un auto marca LeBaron color negro, con placas del Distrito Federal, y cuya identificación comenzaba con los números 729, señalan los documentos elaborados por los agentes de la DFS y la DGIPS.

Asimismo, precisan que a las 16 horas Vences Peña entró a la escuela Héroes de Churubusco para saber si estaba Núñez Acosta y la hora en que terminaría una junta con padres de familia y profesores que participarían en la movilización programada para el 2 de febrero.

A las 19 horas salieron de la escuela los profesores Misael Núñez, Darío Eduardo Ayala Meza y Daniel Campos Briseño e Isidro Duarte Omaña. Rufino Vences Peña señaló los objetivos.

“Mejía Pizaña tripulaba el auto con las luces apagadas; se colocaron a escasa distancia de los profesores y, cuando estaba a un metro de ellos, Mejía disparó una vez una pistola calibre 38 súper, pues ésta se embaló.

En cambio Vences Hernández lo hizo en cinco o seis ocasiones con una pistola calibre 45, viendo que los maestros caían, entre ellos el profesor Núñez Acosta, quien recibió dos tiros: uno en el tórax y otro en el muslo izquierdo, señalan informes gubernamentales que actualmente se encuentran en el Archivo General de la Nación.

Ayala Meza resultó herido, fue alcanzado por un proyectil que le perforó la cara interna del muslo derecho. Campos Briseño salió ileso, ya que iba unos pasos delante del grupo.

Una vez realizado el ataque, los homicidas se dirigieron a casa de Vences Peña, allí les entregaron 10 mil pesos a cada uno. A la mañana siguiente salieron a Puerto Ángel, Oaxaca, a bordo del mismo auto.

Para el día 31 de enero, más de 100 personas se apostaron frente a la presidencia municipal de Ecatepec y exigían la entrega del cuerpo de Misael Núñez. Al filo de las 6 horas los restos fueron llevados a la escuela Héroes de Churubusco. Ahí permaneció el féretro unas horas, padres de familia y alumnos le rindieron homenaje. También acudieron trabajadores de empresas como Alcan Aluminio, Aceros Ecatepec, Aceros Tepeyac, General Electric y Kelvinator.

Integrantes del Frente Magisterial Independiente Nacional señalaron que días antes del asesinato, la sección 36 del SNTE emitió volantes en los que amenazaba de muerte a varios dirigentes democráticos, entre ellos Misael Núñez.

La Alianza de Trabajadores de la Educación elaboró volantes en los que pide el castigo a los asesinos de Núñez Acosta, responsabilizando al secretario general del SNTE, Ramón Martínez Martín, Leobardo Varela y Elba Esther Gordillo. Fue la primera ocasión en que el nombre de la actual lideresa magisterial se mencionó como una de las autoras intelectuales del crimen.

Pasadas las 23 horas del 31 de enero, los restos de Misael Núñez fueron llevados a su casa; en el recorrido más de 500 personas acompañaron el cortejo.

El primero de febrero centenares de habitantes de Ecatepec y profesores del estado de México y otras entidades viajaron en coches, camionetas y autobuses, escoltando el féretro.

El contingente llegó al Monumento a La Raza y comenzó la caminata hacia la Escuela Normal Superior de México.

Al principio de la movilización, la DFS contabilizó más de 500 personas, al llegar a la Normal Superior sumaron más de mil 600, donde los esperaban otros tantos ciudadanos y maestros.

Los reportes gubernamentales detallan que en la Normal Superior un campesino del Valle de Toluca manifestó que el profesor Núñez Acosta luchó por su pueblo, introduciendo la educación para adultos en la región.

Antes de las 14 horas los restos de Misael Núñez fueron trasladados a Tulpetlac y luego a Ixmiquilpan, Hidalgo, de donde era originario. A las 19:45, antes de que el féretro fuera bajado a la fosa, su madre, Carlota Acosta, “pidió a los presentes que no se hiciera el minuto de silencio. Que les suplicaba mejor seguir en la lucha y no abandonarla en ningún momento hasta conseguir el triunfo con la derrota de los charros. Que justicia no pedía porque el gobierno nunca la dará. La justicia la tendremos con nuestra propia mano”.

El 2 de febrero, el subprocurador de justicia del Valle de Toluca, Raúl Maldonado Monroy, se comprometió a detener y consignar a los responsables en un término no mayor de 15 días. Aseguró que los autores no fueron policías. Dijo que el caso tenía que ver con asuntos integremiales.

Las investigaciones de la DFS y DGIPS confirmaron que fueron agentes de la Policía Judicial del estado de México.

Rufino Vences Peña, Jorge Mejía Pizaña y Joel Vences Hernández, El Chelo, regresaron al Distrito Federal 15 días después y pintaron el vehículo de color beige.

Joel y Rufino Vences fueron detenidos el 29 de junio en la carretera San Luis Potosí-Matehuala por portar armas sin la autorización correspondiente.

Ambos aceptaron haber asesinado al profesor de la escuela Héroes de Churubusco por encargo Villegas Villegas, y declararon que lo estaban buscando para matarlo porque sólo les pagó 92 mil de los 300 mil pesos prometidos por el asesinato.

Los primeros días de 1982, los tres homicidas fueron trasladados de los penales de Tlanepantla y Texcoco a la prisión de Ciudad Nezahualcóyotl, fueron sentenciados a 30 años de cárcel pero se fugaron.

El 4 de enero de 1983 fue detenido por la Policía Judicial en Nezahualcóyotl el profesor Serafín Pedraza Ortega, el contacto entre Rufino Vences y Clemente Villegas para pactar la muerte de Misael Núñez.

La reaprehensión de los tres ex agentes ocurrió a finales de 1982. Fueron enviados al penal de Texcoco. El 30 de abril de 1983 nuevamente se fugaron. Agentes judiciales del estado de México los ayudaron a escapar, indican informes oficiales.

Desde esa fecha los autores materiales de la muerte de Núñez Acosta no han sido localizados y está pendiente su sentencia de 30 años de prisión, hasta entonces la condena más alta impuesta por jueces mexiquenses.

Ramón Martínez Martín falleció hace más de cinco años, y de Villegas Villegas se desconoce su paradero desde que fue señalado como uno de los organizadores del crimen, aseguró el profesor José González Figueroa, de los fundadores de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, organización creada tras las muerte de Misael Núñez.

30 años de un crimen impune

Poco antes de la diligencia llegó una llamada de Gobernación

Gordillo compareció en 2002; luego sobrevino el carpetazo
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El 27 de noviembre de 2002, la presidenta del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación compareció ante la entonces Fiscalía para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado; ahí, Elba Esther Gordillo Morales se reservó su derecho a declararFoto José Núñez

Gustavo Castillo García
Periódico La Jornada
Domingo 30 de enero de 2011, p. 3

Fastidiada dijo: Ya me voy. Pero Elba Esther Gordillo Morales fue detenida en seco por Marcos Castillejos, su abogado defensor, quien la reconvino: Maestra, esta es una diligencia judicial. No puede.

Ese día, 27 de noviembre de 2002, la presidenta del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) compareció ante los fiscales de la extinta Fiscalía para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado (Femospp), dentro de la averiguación previa PGR/FEMOSPP/26/2002, en la que se le acusaba de ser una de las autoras intelectuales del homicidio del profesor Misael Núñez Acosta, ocurrido el 30 de enero de 1981. El escenario: el Auditorio México del edificio de la PGR, ubicado en avenida Reforma y la calle Violeta.

Gordillo ocupaba en 1981 la segunda posición dentro del Comité Ejecutivo Nacional del SNTE, tenía a su cargo la cartera de la Secretaría del Trabajo y conflictos de Educación Prescolar; Carlos Jonguitud Barrios, su promotor dentro de la estructura magisterial, fungía como líder moral de la organización, en tanto que el secretario general del gremio era Ramón Martínez Martín, quien años más tarde sería sustituido por la propia Gordillo Morales.

Dos de los asistentes a la diligencia ministerial y funcionarios de la fiscalía que pidieron el anonimato, narraron el momento en que Gordillo enfrentaba la posibilidad, muy remota, pero posibilidad al fin, de un juicio por ese crimen.

La Femospp había preparado un cuestionario de 126 preguntas relacionadas con su trayectoria en el SNTE, su relación con Jonguitud, el asesinato de Misael Núñez y sus vínculos con Ramón Martínez Martín y Clemente Villegas Villegas. También sobre otros homicidios de profesores en los estados de Guerrero y Oaxaca, y las acusaciones que pesaban en su contra por presuntamente haberse enriquecido ilegalmente con cuotas del sindicato, como si eso hubiera sido una de las causas que gestaron los asesinatos de profesores en los años 80.

Sin embargo, una hora antes de la comparecencia de la maestra, Ignacio Carrillo Prieto, titular de la Femospp, recibió una llamada de la Secretaría de Gobernación a cargo de Santiago Creel Miranda, y el interrogatorio se redujo a preguntas relacionadas con el conocimiento que tuvo acerca de la muerte de Misael Núñez y algunos otros asesinatos de docentes.

Las sillas se colocaron en forma de herradura en el centro del auditorio, de tal manera que los asistentes pudieran observar todo. Frente a los denunciantes y dispuestos cara a cara estarían por un lado Gordillo y Marcos Castillejos, y en el otro los fiscales.

“Antes de iniciar, la maestra dijo en voz alta: ‘hace frío; qué, ¿aquí nadie sirve café?’ Carrillo Prieto se levantó de inmediato para atender la petición. Alguien lo detuvo y le recordó que era el fiscal. Enseguida, el café le fue servido por una edecán. Luego comenzó la comparecencia, Gordillo Morales escuchó las acusaciones que le formularon los familiares de Misael Núñez, maestros democráticos como Teodoro Palomino, Juan José Altamirano y Ramón Couoh”.

También se le cuestionó respecto de las declaraciones que Carlos Jonguitud hizo a La Jornada el 25 de agosto, en las cuales señaló que Elba Esther contaba con grupos de control y que Misael había muerto a manos de ellos.

Carlos Jonguitud reculó tres días más tarde: no tengo pruebas ni me consta la responsabilidad que pudieran tener el grupo de la profesora Elba Esther. Sin embargo, el hecho de que le preguntaran a la dirigente sobre esas declaraciones la molestó. Igual que la presencia de los denunciantes en la sesión”, indicaron los entrevistados.

La maestra escuchó sus derechos, el contenido de las denuncias y las preguntas, pero ya el cuestionario carecía de filo.

Elba Esther Gordillo se reservó su derecho a declarar. Fue la única presunta responsable que compareció en esa investigación. Meses después el caso se desechó.

30 años de un crimen impune

Ni perdón ni olvido
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Misael Núñez Acosta durante sus años como profesorFoto Cortesía de su familia
René Ramón, corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 30 de enero de 2011, p. 3

Nezahualcóyotl. Méx., 29 de enero. Junto al pueblo somos indestructibles, era la frase de lucha de Misael Núñez Acosta, y sigue vigente, sostuvieron disidentes de la sección 9 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).

Ni perdón ni olvido para los homicidas materiales e intelectuales, fue la consigna de los mentores al iniciar los actos conmemorativos de su muerte en la escuela Telesecundaria 190 de la colonia Vergel de Guadalupe, en Nezahualcóyotl,

Pedro Hernández Morales, secretario de organización del Comité Ejecutivo Democrático de la sección 9, recordó que hace 31 años Núñez Acosta fundó la Coordinadora Sindical en la comunidad de Santa María Tulpetlac, en Ecatepec, por la cual se inició la lucha contra el charrismo que aún controla el SNTE.

La demanda de justicia sigue vigente, al igual que para otros 200 compañeros que en estos años han sido asesinados en la lucha por la democratización del sindicato, aclaró.

Los actos en memoria de Núñez Acosta continuarán este domingo y concluirán el sábado 5 de febrero.


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