Destacan académicos la enorme disparidad en el costo de esa lucha para México y EU
Miércoles 26 de enero de 2011, p. 14
La visita a México de la secretaria de Estado, Hillary Clinton, tuvo varias lecturas entre académicos y políticos. Para los primeros, representó una exigencia de Washington al gobierno federal de que no cambie su estrategia contra el crimen organizado; mientras senadores de PRI, PRD y PT consideraron que se intentó emprender un control de daños
en la relación bilateral después de las revelaciones de Wikileaks en las que la diplomacia de Estados Unidos expresó juicios críticos sobre el Ejército y las autoridades.
Académicos y políticos coincidieron en señalar que la lucha de los dos países contra la delincuencia organizada tiene enormes disparidades: mientras México ha destinado más de 7 mil millones de dólares en lo que va del gobierno de Felipe Calderón y lleva 35 mil muertos, además de que 55 mil militares participan en esa lucha, en algunos lugares de Estados Unidos se pretende legalizar el consumo de drogas, y los negocios de venta de armas y estupefacientes siguen reportando enormes ganancias.
El PRD en la Cámara de Senadores señaló que el tráfico de drogas, armas y personas es un problema que concierne a ambos países, y sólo se podrá enfrentar con éxito con acciones conjuntas y coordinadas.
Sostuvo que además han ocurrido asesinatos de presidentes municipales y autoridades locales, fugas masivas de reos, un crecimiento exponencial en el número de secuestros y otros delitos relacionados con el tráfico de drogas y la trata de personas.
Eduardo Rosales, de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y experto en la relación bilateral, sostuvo que aunque el consumo y el tráfico de drogas es un problema binacional, las acciones no han sido equitativas: Mientras en México nos estamos matando, allá no pasa nada; al contrario, el negocio de la venta de armas y drogas son redondos
.
Consideró que el respaldo de Clinton a Calderón “es una sobadita de espalda, al decirle: ‘sigue por ahí, no importa que haya más de 34 mil muertos’. Pero la visita se dio después de que la funcionaria aseguró que los cárteles mexicanos amenazan la seguridad de Estados Unidos. Entonces no es un apoyo, sino una exigencia de seguir”.
Rosales destacó varias disparidades entre ambos países en el combate al crimen organizado: mientras México ha destinado 7 mil millones de dólares para esa finalidad en lo que va del sexenio, Estados Unidos –por conducto de la Iniciativa Mérida– sólo aportará unos mil 400 millones de dólares. ¿Dónde está la corresponsabilidad?
Por otra parte, Silvia Vélez, del Centro de Investigaciones sobre América del Norte de la UNAM, aseveró que si bien públicamente se manifestó el apoyo del gobierno de Barack Obama a la lucha contra el narcotráfico emprendida por Calderón, es un hecho
que durante la reunión privada entre Clinton y la canciller Patricia Espinosa hubo cuestionamientos y la exigencia de que la estrategia no se modifique
.
Por separado, el senador Francisco Arroyo Vieyra, del PRI, consideró que los panistas –que gobiernan el país desde hace 10 años– no han entendido que debe haber independencia frente a Estados Unidos y no adoptar un papel de sujeción, como el que se revela con claridad en las informaciones divulgadas por la red de Wikileaks.
El senador Ricardo Monreal, del PT, dijo que con sus declaraciones Clinton respalda una política que avanza a la instauración de un Estado policiaco-militar, donde se violan los derechos humanos de los mexicanos.
Tomás Torres, senador por el PRD, comentó que Estados Unidos comparte la estrategia de Calderón porque los muertos, la violencia y el terror están del lado mexicano.
La visita de Clinton a México y su respaldo a Calderón, a quien reconoce un supuesto liderazgo
en la lucha contra la delincuencia y la inseguridad, se dio un día antes del discurso de Obama sobre el estado que guarda esa nación “y se entiende que es un control de daños frente a las revelaciones de Wikileaks, en las que la diplomacia estadunidense expresa juicios críticos sobre el Ejército y las autoridades mexicanas”, resaltó Arroyo.
Nosotros estamos poniendo la sangre y las víctimas inocentes, y sostuvo que en la década reciente el país ha perdido el liderazgo en América Latina, y el respeto y la autoridad moral ante Estados Unidos
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