Miércoles 27 de octubre de 2010, p. 18
Las recientes masacres en Ciudad Juárez y Tijuana demuestran el fracaso de la estrategia presidencial contra el crimen organizado, ya que a pesar de la gran cantidad de soldados y policías federales, ambas localidades siguen a merced del narcotráfico y la seguridad pública no ha mejorado en nada, coincidieron activistas de derechos humanos.
Luis Arriaga, director del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, afirmó que el clima de violencia en la urbe chihuahuense es provocado tanto por el narcotráfico como por la actuación del Ejército y las corporaciones policiacas, que la han convertido en campo de batalla. Es importante señalar –dijo– que en los recientes dos años se han trasladado a la ciudad más de 7 mil soldados y 2 mil policías federales y, sin embargo, en ese periodo han ocurrido 191 homicidios por cada 100 mil habitantes, lo cual deja claro que la estrategia del gobierno no ha sido adecuada. La violencia que hoy azota a México no es un hecho fortuito. Cobra sentido cuando el Estado busca insertarse en la economía global en función de Estados Unidos. Frente a ello, hay que insistir en las respuestas que partan del reconocimiento a la dignidad humana
, afirmó.
Por su parte, Humberto Guerrero, coordinador del área de defensa de la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos, puntualizó que las matan- zas en dichas ciudades fronterizas confirman que la estrategia del gobierno federal no va por buen camino, porque ambas están altamente militarizadas, y a pesar de ello siguen ocurriendo
esas tragedias.
La cuestión de fondo es que las fuerzas de seguridad ya han sido gravemente infiltradas por el crimen”, señaló.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario