18 oct 2010

Adherentes de la otra campaña denuncian agresiones de paramilitares

La autoridad que protege al Ejército de Dios es cómplice, dicen


Hermann Bellinghausen
Enviado
Periódico La Jornada
Lunes 18 de octubre de 2010, p. 18

San Cristóbal de las Casas, Chis. 17 de octubre. La asamblea de ejido Mitzitón, adherente de la otra campaña, denunció nuevas agresiones y actos delictivos y de provocación que atribuye a seguidores de la organización evangélica Ejército de Dios. Señaló que esto es prueba de las mentiras de Esdras Alonso González, comandante paramilitar del Ejército de Dios, que dice que nosotros desestabilizamos y agredimos, cuando son ellos los que quieren saquear los recursos naturales, los que cometen delitos graves y están armados.

El grupo evangélico, de filiación priísta, proclamó días atrás estar con el presidente Felipe Calderón y el gobernador Juan Sabines. Si estos malos gobiernos los siguen protegiendo y dejando en la impunidad, quiere decir que son cómplices, añade el documento.

En una enumeración de hechos recientes, el pueblo organizado menciona que el 28 de septiembre Domingo Jiménez López y otros cuatro miembros del grupo paramilitar (como insiste en llamarlos la denuncia) fueron sorprendidos talando en El Chivero, sin permiso de la comunidad. Además, blandieron hachas y machetes contra los concejales de vigilancia.

Un día después, una comisión regresó al lugar y fue recibida a tiros por Jiménez López. Llegaron los de la Procuraduría General de Justicia Indígena con la policía sectorial y decomisaron gran cantidad de madera. Otros miembros de Ejército de Dios fueron sorprendidos talando en la reserva de la comunidad. La fiscalía también decomisó los troncos.

El 7 de octubre, la comisión de vigilancia descubrió a 40 paramilitares cortando árboles con motosierra; éstos se pusieron muy agresivos, amenazaron a los compañeros de cortarlos con la sierra y dispararles. El día 8 la comunidad citó a los funcionarios del mal gobierno para que vieran los hechos ocurridos, y la fiscalía dio fe. Ese día, paramilitares reunidos en casa de Gregorio Gómez Jiménez acechaban al comisariado de Mitzitón para secuestrarlo, armados con palos, piedras y resorteras. El comisariado, al darse cuenta, tomó otro camino. Esa noche, un miembro del grupo denunciado hizo disparos con arma de alto calibre.

El 9 de octubre, Julio Gómez Hernández cortaba arbolitos con su machete. La comisión de vigilancia lo alcanzó para decirle que ya no lo hiciera, pero no se pudo hablar con él porque lanzó su machete y casi alcanzó a uno de nuestros compañeros. Y dijo: Un día van a caminar en uno solo y en ese cualquier momento los vamos a matar. Por la noche, Diego Heredia Hernández, adherente de la otra campaña, fue interceptado en el camino por un automóvil Pointer sin placas, con cristales polarizados. Se bajaron tres y lo agarraron, lo querían secuestrar. Ya medio lo habían metido en el coche, pero se logró zafar. Reconoció entre los agresores a Agustín Pérez Díaz, Carmen Gómez Gómez y Andrés Jiménez Hernández.

Más tarde intentaron capturar a Pascual Vicente Hernández, quien descargaba su mercancía y fue embestido por el Pointer a toda velocidad. Entonces llegó otro carro, pero logró escapar. Esa noche hubo otro disparo al aire.

Los campesinos tzotziles expresan: Ya estamos cansados de amenazas y torturas. Para los paramilitares, tumbar un árbol no es delito. Nosotros los cuidamos. No les importa tumbarlos. Así como no respeta la vida del árbol, no respeta la vida ni los derechos de las personas. Buscan pretextos para agredirnos y generar violencia en nuestra comunidad.

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