Poco antes de la conflagración pidió a los secuestradores la libertad de sus hijos y su nuera
Miércoles 16 de febrero de 2011, p. 46
La casa de la señora Sara Salazar Hernández, madre de la activista y defensora de derechos humanos Josefina Reyes –asesinada el 3 de enero de 2010– fue incendiada anoche en el municipio de Guadalupe, cercano a Ciudad Juárez, Chihuahua, tan sólo unas horas después de que hubiera hecho un llamado público para que sus hijos Elías y Malena Reyes, así como su nuera Luisa Ornelas, le fueran devueltos con vida.
Como se publicó en este diario, las tres personas en cuestión fueron levantadas el 7 de febrero en Chihuahua. Siete meses antes, el 18 de agosto de 2010, el hermano de Josefina Reyes, Rubén, había sido ejecutado con 19 disparos en el municipio de Guadalupe, valle de Juárez.
En entrevista telefónica con La Jornada, Sara Salazar explicó que anoche le avisaron que su casa en el municipio de Guadalupe, distrito de Bravos, había sido incendiada alrededor de las 19:30 horas, a pesar de que la zona está fuertemente resguardada por elementos del Ejército Mexicano, quienes tienen un destacamento a sólo 100 metros de donde ocurrió el ataque.
Lo que quiero es que me devuelvan a mis hijos. Mi casa también me duele, porque es el trabajo de muchos años. ¿Qué es lo que pretenden con mi familia y conmigo? Le pedí al gobierno que me pusiera seguridad, pero no me ha contestado. El gimnasio de enfrente de mi casa está lleno de soldados y no hicieron nada
, lamentó.
En este momento ya estamos muy mal, y no esperamos nada de las autoridades. Seguimos en plantón y en huelga de hambre aquí enfrente de la subprocuraduría de Justicia del estado de Chihuahua (en Ciudad Juárez), exigiendo la presencia de mis hijos. Primero quiero que aparezcan, que estas personas se toquen el corazón, porque ellos están enfermos, y ya cuando nos los entreguen, ya vemos qué más hacer
, señaló.
Por su parte, Marisela Reyes, también hija de Sara Salazar y quien se encuentra en huelga de hambre desde hace ocho días, denunció que la casa se encuentra a 100 metros del cuartel militar de Guadalupe, y es extraño que cada vez que les sucede algo se encuentre cerca personal militar que no actúa para detener los delitos en contra de ellos
.
Añadió que por llamadas telefónicas que recibieron saben que gente encapuchada roció combustible en la casa materna, de la cual se quemó ya casi la mitad. A altas horas de la noche de ayer, el incendio seguía sin ser apagado, ya que en ese poblado no hay cuerpo de bomberos.
La vivienda constaba de tres recámaras, sala, cocina y pasillo, y está atrás del gimnasio donde están hospedados los militares. De esa casa no habían sacado muebles, ropa o documentos, ya que toda la familia se encontraba en Ciudad Juárez apoyando la huelga de hambre.
Poco antes de que se produjo el incendio de su casa, Sara Salazar había pedido a quienes secuestraron a sus hijos Malena y Elías, y a la esposa de éste, Luisa Ornelas, que los dejaran en libertad.
Hoy me dirijo a ustedes como personas, que al igual que mis hijos, han sufrido los golpes de la economía en decadencia de la región, y que, a pesar de ello, tienen que proveer de sustento a sus casas
, señala Salazar Hernández en una carta pública dirigida a los secuestradores.
“Sé que ustedes no tienen nada personal conmigo o con cualquier miembro de mi familia, sé que existen intereses económicos más grandes a los que tienen que servir por necesidades personales.
“Me dirijo a ustedes que, estoy segura, tienen escondidos sentimientos en su corazón; a ustedes que guardan en su alma el horror de su trabajo.
Quiero apelar a la bondad, sé que aún existe en su humanidad, para que liberen a mis hijos y a mi nuera para que yo tenga la dicha de poder abrazarlos, besarlos y decirles una y mil veces más cuánto los amo y lo importante que es que estén conmigo vivos y darle gracias a Dios por haber tocado sus corazones
, dijo la madre de Josefina Reyes.
En la ciudad de México, mientras tanto, un grupo de activistas se reunió ayer frente a la sede de la Procuraduría General de la República (PGR) en Paseo de la Reforma para iniciar un ayuno mediante el cual demandaron la aparición con vida de los tres desaparecidos.
Es preocupante que los principales afectados en la guerra de Felipe Calderón contra el narcotráfico sean los activistas de derechos humanos
, señaló Manuel Otero, integrante del colectivo Redes Universitarias.
Los caricaturistas de La Jornada Rafael Barajas El Fisgón y José Hernández, además del columnista Pedro Miguel, iniciarán una campaña en Facebook y Twitter con la frase Presentación con vida de Malena, Elías y Luisa
, agregó el activista.
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