Francotiradores en principales edificios de Insurgentes y Reforma
Sábado 20 de noviembre de 2010, p. 15
Desde las escalinatas del Ángel de la Independencia, Martín Esparza, dirigente del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), aseveró que ésta y otras organizaciones decidieron no acudir al Zócalo capitalino porque el gobierno federal les tenía preparada una emboscada.
“Por los datos que tenemos, en el Zócalo y Reforma están 30 mil efectivos. Estaban haciendo una emboscada para el movimiento sindical y, especialmente, para el SME, con ministerios públicos federales y francotiradores en los principales edificios de Insurgentes y Reforma.
Estaban preparados para encarcelar a los cientos de electricistas que salieran a marchar, pero se la pelaron, camaradas
, expresó el dirigente del SME durante el mitin, en el que miles de trabajadores conmemoraron el centenario de la Revolución Mexicana.
Sin embargo, además de las consideraciones que expresó el líder sindical también hubo –dicho por él– negociación directa con el gobierno capitalino para evitar marchar, permanecer e incluso pernoctar en el Zócalo, como establecía el plan original de la organización.
La dirigencia del SME estuvo feliz este viernes por la aceptación de su propuesta, por la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, de reponer el proceso electoral del gremio.
Los electricistas estaban contentos porque lograron su objetivo: sólo podrán votar, además de los jubilados, los 16 mil 400 trabajadores que permanecen en resistencia, es decir, los que decidieron no cobrar la liquidación que les ofreció el gobierno federal tras la extinción oficial de Luz y Fuerza del Centro el 11 de octubre de 2009.
Cuando Esparza les informó de ello, hubo aplausos y gritos. Tómenla, esquiroles
, aseveró un trabajador de líneas aéreas.
En compañía de dirigentes de organizaciones sociales, enviados del sindicato minero, telefonistas, trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México, miembros de secciones y fracciones disidentes del magisterio y del sindicato petrolero, Esparza aseveró que a partir de ahora, con este movimiento opositor, se inicia la nueva Revolución
.
Los oradores subrayaron su repudio a la política económica seguida por gobiernos recientes, que mantienen en situación precaria
o de miseria a la mayoría de los trabajadores y campesinos del país, pero sobre todo por el operativo de seguridad en la Plaza de la Constitución y sus alrededores. Es pura parafernalia, protocolo para justificar gastos excesivos, mientras los trabajadores tenemos que manifestarnos rodeados de policías
, señalaron.
Antonio Navarrete, del sindicato minero, sección 65 de Cananea, señaló que los gobiernos recientes se han equivocado al creer que en 10 años terminarán con toda la historia del movimiento obrero. Para quitarnos derechos tendrían que matarnos a todos. Tenemos la convicción de que los vamos a sacar y que nunca más volverán a usar la fuerza del Estado para retirar garantías
, enfatizó.
Mientras en la Secretaría de Gobernación el titular de la dependencia, Francisco Blake, declaraba que mantenía comunicación estrecha
con el SME, a unos kilómetros de distancia, Esparza decía a los suyos: Tenemos qué ver cómo se larga este gobierno. Ellos son pasajeros y aquí seguiremos los del SME
.
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