Señalan Unicef y Coneval que tras la recesión económica este problema se incrementó
Menores de edad, entre los más afectados, indican ambas entidades
Viernes 19 de noviembre de 2010, p. 38
Debido a la recesión económica de 2009 se incrementó la inseguridad alimentaria de las familias que cuentan entre sus integrantes a menores de edad, pero no aumentó la inasistencia escolar ni el trabajo infantil, señalaron el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
En el estudio La niñez y la adolescencia en el contexto de la crisis económica global: el caso de México, agregaron que el porcentaje de hogares que experimentó inseguridad alimentaria severa pasó de 8 en 2008 a 17 en 2009, mientras que el de familias en la que alguno de los niños había comido menos de lo que debería aumentó de 14 a 26 por ciento.
Destacaron que hace dos años, 7 por ciento de los hogares reportó que uno de sus menores de edad había padecido hambre, porcentaje que 12 meses después se ubicó próximo a 18.
La investigación señala que en los dos años referidos la cantidad de familias en las que al menos uno de sus niños o adolescentes se acostó con hambre, pasó de 7 a 15 por ciento, al tiempo que se incrementó de 5 a 14 por ciento aquellas en las que un menor de edad comió sólo una vez o dejó de ingerir alimentos todo un día.
El estudio destaca la existencia de una serie de mecanismos institucionales para evitar un deterioro mayor de las condiciones de vida de la población.
Pese a lo anterior, existe la posibilidad latente de que los niños abandonen la escuela por la crisis económica; se vean obligados a incursionar en el mercado laboral; disminuyan la cantidad y calidad de los alimentos que consumen, restrinjan su acceso a servicios de salud o sean víctimas de violencia.
Esto, subraya, pone en evidencia la urgencia de fortalecer las políticas públicas dirigidas a garantizar el ejercicio de los derechos económicos, sociales y culturales de los menores.
Presentado en el segundo foro internacional Unicef-Coneval –realizado en la Secretaría de Relaciones Exteriores– el estudio recomienda que las políticas para enfrentar ese problema correspondan a la escala y magnitud de la crisis y se focalicen de acuerdo con los efectos que ésta tiene en determinados grupos de edad.
También sugiere la creación de mecanismos que ayuden a contrarrestar el incremento de la inseguridad alimentaria, pues esto representa un foco rojo que debe ser atendido de manera preventiva y con la mayor rapidez posible.
Postergar la respuesta y no actuar para revertir a la brevedad posible la vulneración de la niñez, puede tener elevados costos sociales y comprometer negativamente el desarrollo social y económico del país, se advierte.
Durante la presentación del estudio, Gonzalo Hernández, secretario ejecutivo del Coneval, dijo que pese a los datos favorables se requiere fortalecer la creación de puestos de trabajo y aumentar el ingreso de las familias.
La representante del Unicef en México, Susana Sottoli, señaló que hay tal complejidad económica y social en el país, que las opciones para los menores de edad se restringen y cualquier otra alternativa, como integrarse al crimen organizado, resulta atractiva.
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