31 may 2011

En la Tierra Caliente de Guerrero hay un daño creciente a causa de la inseguridad: alcalde

La ola delictiva obliga al desplazamiento de cientos de personas y al cierre de negocios

Nadie quiere ser policía en el municipio sonorense de Tubutama, por temor a ser asesinado

Sergio Ocampo, Ulises Gutiérrez y Carlos Figueroa
Corresponsales
Periódico La Jornada
Martes 31 de mayo de 2011, p. 10

Un centenar de negocios que incluyen clínicas privadas, tiendas de abarrotes y casas de materiales para construcción cerraron sus puertas en el municipio guerrerense de Ciudad Altamirano debido a la violencia que azota la Tierra Caliente, señaló el alcalde, Gustavo Adolfo Juanchi Quiñónez.

Entrevistado vía telefónica, el munícipe priísta dijo tener conocimiento de que mucha gente abandonó la cabecera municipal, extraoficialmente unas 500 personas; pero el fenómeno es extensivo a los demás municipios de la región enclavada entre Guerrero y Michoacán, donde los negocios ya no tienen afluencia y hay un daño creciente a causa de la inseguridad.

Juanchi Quiñónez añadió que por efecto de la misma crisis el desempleo se ha incrementado y hay éxodos de ciudadanos, aunque se ignora en qué proporción.

Sin policía

La misma situación impera en Tubutama, municipio fronterizo ubicado al noroeste de Sonora, donde al menos 400 de sus 900 habitantes abandonaron sus hogares en lo que va del año, y ya no queda ningún policía, pues de los 10 que había ocho se dieron de baja, uno falleció el mes pasado y el último fue asesinado, según relató el secretario del ayuntamiento, Jaime Rodríguez Morales.

Julio Adrián Paz Robles, de 34 años, era el comandante interino y único policía municipal, pero fue asesinado el pasado domingo en pleno centro de Hermosillo junto a un joven de 14 años, expresó.

Pero en Tubutama tampoco hay alcalde, pues el panista Santos Castañeda Barceló convalece de las lesiones que se causó al caer del caballo, mientras el éxodo de habitantes continúa por el terror que siembran diversos grupos delictivos en su disputa por controlar el trasiego de drogas e indocumentados hacia Estados Unidos.

Aunque Rodríguez Morales atribuye la disminución poblacional especialmente al desempleo, hay vacantes que nadie quiere ocupar, y menos las de policías, pese a que la cabecera municipal está en aparente calma. Sin embargo, en las brechas, caminos y carreteras y comunidades aledañas hay constantes operativos militares y policiales.

El secretario espera que se solicite al gobernador Guillermo Padrés Elías la solución al problema de la inseguridad, que en junio de 2010 incluyó entre sus víctimas a dos funcionarios municipales, uno de ellos dirigente del PAN.

Otro caso es el de Nuevo Laredo, Tamaulipas, donde el catastro municipal hizo una revisión y encontró más de 25 mil terrenos y casas deshabitados; la mayoría de los ocupantes emigró a Estados Unidos.

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