A cambio, el gobernador de Coahuila “nos mandó agua y comida”
Nunca llegó la cuadrilla de rescate para atrapados de “El Boker”
Por Guadalupe Cruz Jaimes
México, DF. 7 sep 10 (CIMAC).- Sofía Solís García esperó la cuadrilla de rescate prometida por Humberto Moreira, gobernador de Coahuila, durante los siete días que su esposo Plutarco Ruiz Laredo, permaneció atrapado en el pozo carbonífero “El Boker”, “lo único que me enviaron fueron botellas de agua y platillos de comida”.
Luego de la inundación del pasado 30 de julio en “El Boker”, 12 de los 14 mineros que extraen carbón en el turno vespertino fueron rescatados por sus compañeros, Plutarco también fue rescatado luego de estar atrapado una semana, mientras que Ramón Sánchez Arellano murió ahogado.
Además de los víveres que el gobernador envió a las familias de los dos poceros atrapados, (entregados por mujeres que vestían playeras rojas con las siglas del Partido Revolucionario Institucional PRI), “llegaron policías estatales y muchos militares, no sé para qué, porque lo que necesitábamos eran rescatistas y maquinaria para sacar el agua”.
Sofía dijo a Cimacnoticias que Lico Quintanilla, representante del gobernador, le decía que la cuadrilla de rescate y los buzos que salvarían a los dos mineros atrapados venían en camino, “me trajeron con mentiras, yo le preguntaba si los rescatistas venían en tortuga, porque no llegaban, y nunca llegaron”.
“Yo sabía que no iban a venir los buzos, porque ellos necesitan un plano y de El Boker no hay ningún plano”.
“Quienes sacaron a mi esposo fueron sus mismos compañeros de ‘El Boker’ con maquinaria del Grupo Acerero del Norte (GAN), les tomaban la presión y si estaban bien, los dejaban quedarse para intentar sacarlos”, relató.
La mujer de 38 años de edad, originaria de La Florida, en Músquiz, Coahuila, describió la desesperación que sufrió por desconocer el estado de salud de su esposo, pero también porque “ni las autoridades, ni el patrón hicieron nada para salvarlos”.
EL PATRÓN IGNORÓ ADVERTENCIA DE RIESGO
A “El Boker” le hacía falta una turbina, Plutarco, quien tiene 27 años trabajando en pozos y minas de la región, lo reportó “varias veces al patrón”, Luis Alberto Ramírez, y al encargado, Alfredo Ramírez, y ninguno de ellos hizo caso.
“Él me decía que el agua se les iba a venir encima, porque les hacía falta una turbina, que él ya la había encargado y no se las trajeron. Plutarco estaba preocupado me decía que algo iba a pasar. Yo le pedí que ya no fuera, pero él me respondía que de dónde íbamos a sacar para darle de comer a los hijos”.
El miércoles de esa semana se accidentó un dedo y la espalda, el jueves no fue a trabajar y el viernes se inundó el pozo.
Sofía no imaginaba que la advertencia de su esposo, se hiciera realidad “tan pronto”. “Seguido me decía que si se llegara a venir el agua, él se iba a quedar abajo, porque como es ‘palero’ su obligación era echar primero a su gente. Y así fue”.
“Gracias a Dios salió con vida, yo estuve ahí día y noche, a él lo sacaron el viernes a las tres de la tarde. También estuvo mi hija la mayor y los dos chiquitos estaban con mi mamá y mi hermana. No me despegue de ahí, yo tenía que estar cuando lo sacaran”.
DUEÑO OMISO ANTE PETICIÓN DE RESCATE
Así como el patrón y el encargado ignoraron la advertencia de Plutarco, también lo hicieron con la petición de rescate de su esposa.
“Yo le decía a Alfredo Ramírez que pusiera la bomba grande para sacar el agua del pozo, pero no quiso porque gasta mucha luz. Yo le grité, que yo estaba dispuesta a pedir limosna en el pueblo para pagarla, pero que sacara a mi esposo”.
Sin embargo, “desde que me avisaron que el pozo se había inundado, el encargado dijo que el malacate (sistema que utilizan para subir y bajar carbón y mineros) ya no quiso jalar porque tenía mucha agua, sacaron a unos cuatro con un mecate, yo le gritaba que sacara a mi esposo, pero él se sentó en un pedazo de bloque y me dijo es que no puedo señora, el pozo tiene mucha agua”.
“Fue cuando me descontrolé, empezaron a recoger las cosas, yo estaba desesperada no quería que lo dejaran ahí, yo quería que los trabajadores me ayudaran a sacarlo, ellos no me decían nada, también estaban impactados”.
No obstante, Plutarco logró salir, “me cuenta que se arrastró en un pedacito que tenía para pasar, así llegó a la plancha, a donde sus compañeros le aventaron un mecate, se amarró, subió al primer manto, lo echaron en un bote y pudo salir”. Y el patrón no se apareció en ningún momento, nada más la secretaria.
URGEN CONDICIONES DE SEGURIDAD
En la zona carbonífera, los poceros son quienes corren mayor riesgo. En La Florida, como en otras comunidades, el carbón es la única fuente de trabajo, “cada que va entrar un presidente municipal promete que va abrir una fábrica, para que los hombres no tengan que bajar a los pozos, pero no cumplen”.
Los hombres de la región, algunos menores de edad, van a seguir trabajando, si esta vez murió uno, nada garantiza que no morirán más, porque ni los patrones, ni las autoridades protegen la vida de los mineros.
“Empiezan chicos, de 16 ó 17 años de edad, como comenzó mi esposo. Ahorita, mi hijo tiene 13 y me dice que para qué estudia, si todos con estudio o sin él, terminan trabajando en los pozos”.
Por eso, “queremos que no se archive el caso, como un siniestro más, un muerto más, queremos que los trabajadores tengan condiciones seguras de trabajo, que el gobernador vaya a los pozos, que mire como tienen que trabajar nuestros esposos, nuestros hijos”.
Y es que, “sólo cuando pasa un accidente, revisan los pozos a lo mucho una semana, pero ya después se olvida, volvemos a lo mismo y así va a seguir mientras no le pongan atención”.
A los cuatro días de que Plutarco Ruiz salió de El Boker, comenzaron a sacar el material que quedó en el pozo, para empezar a operar sin que se mejoren las condiciones del yacimiento.
Por los mineros de la región, “no hay quien dé la cara, no hay sindicato para los poceros, ni mineros, los trabajadores están solos”, afirmó Sofía Solís, quien junto con su esposo comenzará un negocio en La Florida, “para que él no vuelva a poner su vida en riesgo”.
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