13 sept 2011

Desde hace tres sexenios la región enfrenta la represión como sistema, denuncian

Más de 20 ONG se unen a la Caravana por la Paz y exigen atención a la frontera sur

Organizaciones civiles exhortan a compartir experiencias sobre las situaciones de violencia

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La Caravana por la Paz visitó Monte Albán, donde insistió en sus demandas de rediseñar la estrategia de lucha contra los grupos criminalesFoto Xinhua


Hermann Bellinghausen
Enviado
Periódico La Jornada
Martes 13 de septiembre de 2011, p. 12

San Cristóbal de las casas, Chis. 12 de septiembre. Al anunciar su incorporación a la caravana del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, que llegará a Chiapas este miércoles, activistas, académicos, ciudadanos y más de 20 organismos civiles admitieron que, comprensiblemente, en el país la atención está en la guerra contra el crimen organizado, de manera particular, pero no exclusiva en el norte. No obstante, recordaron, aquí vivimos una guerra de graves y profundas consecuencias desde hace por lo menos tres sexenios, una estrategia de contrainsurgencia con fuerte ocupación militar del territorio, la formación de grupos paramilitares, la represión y criminalización de la protesta social y los defensores de derechos humanos.

A partir del levantamiento zapatista en 1994, señalan en un documento, decenas de miles de soldados y marinos se han instalado en territorio chiapaneco, a los que habría que agregar los que llegaron recientemente para reforzar la frontera sur.

Esta guerra de contrainsurgencia pretende el despojo del territorio de los pueblos indígenas para su explotación en favor de intereses trasnacionales. Ello acarrea depredación y destrucción de los bienes naturales, la riqueza cultural y el tejido social de los pueblos originarios. El documento, presentado hoy en conferencia de prensa, enumera los proyectos mal llamados ecoturísticos, las concesiones mineras, construcción de presas, saqueo de la biodiversidad, proyectos de reconversión productiva.

Además, abunda, en Chiapas empezamos a vivir las primeras fases de la guerra contra el crimen organizado, a consecuencia de la sumisión del gobierno mexicano a los deseos de Estados Unidos de abrir en la frontera sur otro frente contra el crimen organizado. “Las condiciones de violencia que se viven en México han alcanzado a Guatemala y otros países centroamericanos, en gran medida porque en Chiapas, principalmente en la región fronteriza, existen condiciones de gran violencia que han sido reiteradamente invisibilizadas.

“No hay que olvidar que por la frontera de Chiapas pasa todo: migrantes, drogas, armas y todo tipo de tráfico ilegal. En el sur compartimos con la frontera norte el secuestro, la desaparición de migrantes, las ejecuciones y el asesinato de mujeres.”

Los organismos civiles manifestaron que la llegada a la entidad de la caravana que encabeza Javier Sicilia significa la oportunidad de encontrarnos como pueblos, comunidades y personas, para compartir nuestras experiencias en relación con la situación de violencia y muerte provocada por el gobierno de Felipe Calderón con el pretexto del combate al crimen organizado.

Advirtieron que el objetivo de la caravana es el encuentro de la sociedad civil y de quienes hemos sido afectados por la guerra, y por tanto condenamos cualquier intento de las autoridades y los partidos políticos de capitalizar la movilización con fines político-electorales.

Los organismos manifestaron solidaridad y simpatía con las causas del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, así como su rechazo a la proyectada ley de seguridad nacional y al enfoque militarista.

Para Chiapas en particular exigieron el fin de la guerra de contrainsurgencia y del hostigamiento a las comunidades zapatistas o adherentes a la otra campaña, y a todos los pueblos que defienden su territorio y su autonomía, así como la liberación de los presos políticos, tránsito libre y seguro de nuestros hermanos migrantes, y que se cumplan los acuerdos de San Andrés.

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