Sylvia Longmire cree que el presidente de México, Felipe Calderón, está haciendo lo que piensa que es lo mejor con los recursos que tiene, pero que “desafortunadamente su estrategia está dando como resultado la fractura de los cárteles y el aumento de la violencia”, dice.
También cree que el gobierno mexicano debe dejar de tratar a los cárteles como si fueran delincuentes. “No son terroristas puros o una insurgencia pura, pero han ido evolucionando más allá de la sola delincuencia organizada”, añade.
Capitana retirada de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, ex agente de la Oficina de Investigaciones Especiales, durante ocho años llevó a cabo numerosas investigaciones penales dentro del Ejército estadounidense y trabajó en el campo de protección a la contrainteligencia, al contraespionaje y a la fuerza de trabajo.
Longmire es actualmente consultora independiente y escritora. También ofrece servicios como perito de inmigración mexicana y de los casos sobre solicitud de asilo. Su primer libro es “El Cartel: La próxima invasión de la guerra contra las drogas de México” (Palgrave Macmillan, 2011).
En entrevista con SinEmbargo.mx dice que a menos de que haya un cambio dramático en la política y estrategia, la guerra no terminará en México.
Durante su última misión, Longmire trabajó en la sede de la Fuerza Aérea como oficial de servicio para América Latina en el análisis de los problemas del Comando Sur de Estados Unidos, específicamente en la seguridad del personal desplegado allí. Tiene una Maestría en Artes de la Universidad de Florida del Sur en América Latina y el Caribe, así como estudios con un enfoque en las revoluciones cubana y de Guatemala.
–¿Cree que la estrategia del presidente Felipe Calderón fue apropiada?
Creo que Calderón está haciendo lo que él piensa que es mejor con los recursos que tiene, y también lo que es práctico para su gobierno. No puede confiar en la policía estatal y local, e incluso en la Policía Federal son corruptos hasta cierto punto. Sentía que usando al Ejército era su mejor oportunidad de tener un impacto en los cárteles. Desafortunadamente, su estrategia está dando como resultado la fractura de los cárteles y el aumento de la violencia, a pesar de las detenciones y decomisos importantes que se han hecho.
–¿Cuáles son los principales errores de México en la guerra contra las drogas?
Creo que uno de los mayores errores es que no va tras el dinero, es decir, no hacer un esfuerzo concertado para fortalecer las leyes contra el lavado de dinero. Entiendo que esto es políticamente difícil; muchos de los flujos de dinero en la economía mexicana vienen desde el comercio ilegal de drogas, y en tiempos económicos difíciles, es complicado para muchos políticos hacer el esfuerzo para cortar ese flujo. También creo que el gobierno mexicano debe dejar de tratar a los cárteles como si fueran delincuentes. No son terroristas puros o una insurgencia pura, pero han ido evolucionando más allá de la sola delincuencia organizada.
–¿Considera suficiente el apoyo que Estados Unidos da las drogas en México?
Creo que Estados Unidos está dando a México el apoyo que México le permite. Probablemente hay algunos apoyos “tras bambalinas” que el gobierno mexicano no quiere admitir por temor a que los ciudadanos mexicanos los crean una violación a la soberanía nacional. Pero es frustrante ver que Calderón señala con el dedo a Estados Unidos por ser la causa de la guerra contra las drogas y luego vacila cuando el país norteamericano ofrece más ayuda.
–El gobierno mexicano ha atacado a todos los cárteles, o siente que algunos más que otros?
Desde una perspectiva estadística, la Federación de Sinaloa (el cártel de Sinaloa) ha sido, sin duda, menos afectado que otros cárteles. Pero no sabemos si esto se debe a algún tipo de acuerdo clandestino, o porque tiene buen sentido estratégico. “El Chapo” es un buen hombre de negocios que se encarga de los negocios con calma, y se ocupa de sus problemas de manera que no llama demasiado la atención. La Federación también es un cártel monstruo, por lo que es más fácil para el gobierno mexicano perseguir a los cárteles más pequeños y débiles para mostrar resultados rápidos.
–¿Cuál es su pronóstico para la guerra en México? ¿Por cuánto tiempo? ¿Cómo detenerla?
Esta es una guerra que nunca se detendrá. Es una cuestión de qué tan bien el gobierno mexicano puede llevar la violencia a niveles manejables. La demanda de drogas en los Estados Unidos no tendrá fin, y por lo tanto el tráfico de drogas no tendrá fin. Como el doctor Sanho Tree dijo en un discurso en la Universidad de Harvard el año pasado, esta no es una guerra donde hay un lado que puede decir: “me rindo”. No hay vencedores ni vencidos, aquí. Yo veo que esto seguirá sucediendo por muchos años, a menos que haya un cambio dramático en la política y estrategia.
–¿Qué piensa del avance de la corrupción en ciudades fronterizas de Estados Unidos?
Estoy preocupada por el aumento de casos de corrupción en el lado de Estados Unidos, pero era de esperarse. En tanto los cárteles se vuelven más agresivos en su deseo de pasar drogas por la frontera, necesitan un comportamiento más arriesgado que incluye tratar de sobornar a funcionarios de Estados Unidos en la frontera o contratarlos para que les ayuden de manera activa. La cantidad de dinero involucrado en este negocio es asombroso, por lo que no es de extrañar que cada vez más agentes norteamericanos están siendo tentados.
–¿Cree usted que una guerra sangrienta es posible en las calles de Estados Unidos?
Creo que ya la tiene; obviamente, no con la frecuencia con la que ocurre en México, pero estamos viendo señales. Hubo un tiroteo en una semana en McAllen, Texas; hubo una decapitación en Arizona el año pasado; cinco asesinatos en el norte de Alabama hace un par de años, un secuestro de un niño de 6 años de edad; el plagio fue en su casa,en Las Vegas, en 2008. Todos estos eventos se conectan directamente a la guerra contra las drogas. A medida que la presión sobre los cárteles remonte, en el siguiente año o tal vez, en los próximos dos años, se pondrán más desesperados por mantener los beneficios, y creo que van a ser más propensos a involucrarse en comportamientos violentos aquí, en Estados Unidos.
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